𝟑𝟔. 𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐀𝐍𝐃 𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘

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AnnaLeigh Malfoy.

Estar en casa todo el día me estaba empezando a doler.

Limpié toda la casa en las primeras 3 horas de estar en casa. Draco se había ido al trabajo a las 7 de la mañana y eso me había dejado sola con los elfos que venían a verme de vez en cuando. Era inquietantemente silencioso y, aunque era pacífico, también me estaba volviendo loca.

Kehlani estaba en el trabajo y Albus también. Todos los que podía llamar para pasar el día estaban ocupados teniendo su propia vida.

Actualmente me senté en el sofá frente a la chimenea con un libro en mi regazo. Esto fue agradable, tener la casa para mí sola y poder leer sin distracciones, pero solo fue agradable durante un tiempo.

Tuve otra semana de esto.

No, me voy a volver loca.

Cerrando el libro, me estiré y lo puse sobre la mesa de café antes de levantarme.

No estaría de más si fuera al Hospital. Quiero decir, no es como si estuviera trabajando, ¿verdad?

No estoy bien.

Agarré mi abrigo de la percha, arrojándolo sobre mi cuerpo antes de caminar hacia la chimenea. Si tuviera que aburrirme todo el día, también podría hacerlo con Draco.

—San Mungo.—Dejé caer el poder a mis pies e instantáneamente mi visión estalló en llamas verdes, Solo para ser aclarado un segundo después y ahora estaba en el guardarropa del Hospital donde estaba la chimenea.

Suspiré y salí, sacudí los pedacitos de ceniza de mis jeans y salí de la habitación.

No tenía idea de dónde estaba Draco, pero pensé que lo encontraría tarde o temprano. Es el sanador principal, nunca fue tan difícil encontrarlo.

Caminé por el pasillo y subí las escaleras hasta la sala general donde todos los pacientes y sus familias esperaban ser atendidos por un médico o una enfermera.

Me di la vuelta y caminé hasta la recepción.

—Señora Malfoy.—Janine colocó las gafas sobre su cabeza y me miró desconcertada.—No veo que esté en la lista hoy.

—Oh, no, tengo la semana libre.—le sonreí.—¿Draco está ocupado?.

—En realidad, creo que acaba de salir de la cirugía.—dijo y señaló el pasillo detrás de ella.—Oficina 3.

—Gracias.—dije en voz baja antes de caminar por el pasillo y entrar a la sala de lavado donde Draco estaba de pie. Junto con el resto de las enfermeras que se lavaban, se quedó de pie de espaldas a mí, tratando de estirarse y desabrochar su bata quirúrgica.

Sonreí y me acerqué a él. Continuó jugueteando con el nudo hasta que abofeteé sus manos. Inmediatamente se dio la vuelta con una mirada molesta hasta que vio que solo era yo y su rostro se suavizó por un segundo, hasta que se dio cuenta que era YO y volvió a fruncir el ceño.

—¿Anna?.—Levantó una ceja.—¿Qué haces aquí? Deberías estar en casa.

—He estado en casa.—dije mientras le daba la vuelta y comenzaba a desatarle el camisolin.—Pero me aburrí y decidí molestarte. ¿Qué sigue en el gráfico?.

—De hecho, estoy a punto de ir a almorzar.—dijo mientras se quitaba el vestido cuando terminé de desatarlo.

—Bien. Me uniré a ti.—sonreí y me estiré para besar los labios de mis caderas.—Más tiempo en casa sola y saltaré por la ventana de la biblioteca del tercer piso.

—El objetivo de que te mantengas alejada de este hospital es descansar un poco y no querer tirarte por la ventana.—dijo Draco mientras arrojaba sus guantes, bata y máscara en el contenedor sanitario.

BEHIND CLOSED DOORS 3 | DRACO MALFOY ✓Onde histórias criam vida. Descubra agora