BEHIND CLOSED DOORS 3 | DRACO MALFOY ✓

𝟑𝟑. 𝐈 𝐒𝐌𝐄𝐄𝐋 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐅𝐄𝐀𝐑

AnnaLeigh Malfoy

—¿De que estas hablando, mamá?.—me burlé y pasé junto a ella, de vuelta al escritorio hacia mi dibujo de papel para poder distraerme mientras ella hablaba.

—Él no es un extraño.—repitió la frase desde nuevo con la esperanza de que tuviera la más mínima idea de lo que estaba hablando.

—Decirlo de nuevo no me va a ayudar a entender lo que quieres decir.—Puse los ojos en blanco y comencé a pasar por el sorteo, seleccionando pedazos de papel sin sentido y clasificándolos en montones.

Estaba claro que ella no tenía la intención de dejarme ir pronto, así que bien podría usar este tiempo para hacer algo que había pospuesto durante tanto tiempo.

—Mikeal John... el hombre que hizo todo eso...—dudó por un momento.

—¿El hombre que me agredió sexualmente no una sino dos veces? Sí, estoy familiarizado con él y no nos llamaría más que extraños.—dije.

—Él no es un extraño ni para mí ni para ti, Anna.—suspiró mi madre.—Él es... su padre era un buen amigo de tu papá. Él y tu padre pasaron tiempo juntos en nuestro cuarto año mientras continuaba el torneo de los tres magos. Después de la muerte de tu padre. Me encerré en él por comodidad y él era una buena persona. Éramos cercanos, es decir, tú y Mikeal solían bañarse juntos cuando eran bebés.

Dejé de hurgar en el sorteo. La habitación quedó en silencio, el único sonido era el suave viento que entraba por la ventana abierta detrás de mí.

—Sé cómo suena esto—

—¡¿Me estás diciendo que la persona que me atacó era mi puto amigo de la infancia?!¿¡Dónde diablos estaba esta información cuando sucedió la primera vez!?.—Estaba más que confundida. No sabía cómo actuar o sentir. ¿Debería estar enojada porque realmente supe quién era todo el tiempo y que mi madre me ocultó esta información o debería estar triste porque alguien con quien casi crecí me agredió sexualmente? No lo sabía y eso es lo que empeoró todo esto.

—No lo sabía, AnnaLeigh.—dijo.—me enteré hace solo un par de días. Su padre me contactó uno o dos días después de que me volví a casar y estaba desesperado. Dijo que Mikeal ha estado desaparecido durante casi un mes y con todo lo demás que el ministerio había encontrado, solo sumé dos y dos.

—Si él realmente fue el que... casi me tiró de la torre de astronomía, entonces está muerto.—dije y me di la vuelta hacia los papeles.

—Eso no lo sé.—Mi madre suspiró profundamente.—Era un chico tan dulce. Siempre fue dulce contigo y no sé qué salió mal.

—Sí, realmente no me importa.—murmuré antes de cerrar el cajón e inclinarme para recoger mi bolso de nuevo.—Me voy a casa porque ha sido un día largo y Draco probablemente se esté preguntando dónde estoy.

—Por favor, ten cuidado, bebé.—sonrió.—Sé que a veces no estoy realmente ahí para ti, pero sigo siendo tu madre y siempre te voy a querer mucho.

—Yo también te amo, mamá.—sonreí antes de finalmente pasar junto a ella y salir de mi oficina. No me detuve en ningún otro lugar y me dirigí directamente a la chimenea.

Se sintió como un abrir y cerrar de ojos y de repente estaba de pie en mi propia sala de estar de nuevo. La casa estaba en silencio, como siempre y Draco no estaba a la vista.

Mi mejor pensamiento fue que estaba en su estudio o en la ducha.

Cualquiera de los dos con los que podría trabajar.

No pude evitar pensar en lo que dijo mi madre. No había ninguna razón en el mundo para que ella inventara eso y nunca podría decir que lo haría, lo que solo significaba que era real y el pensamiento me puso la piel de gallina.