BEHIND CLOSED DOORS 3 | DRACO MALFOY ✓

𝟐𝟎. 𝐒𝐀𝐅𝐄 𝐖𝐎𝐑𝐃

[contenido adulto]

AnnaLeigh Malfoy

—Date la vuelta y coloca tus manos contra la pared.—demandó Draco y yo hice lo que me dijo.—Buena chica. Ahora, con las piernas separadas, mantén los ojos hacia adelante. No hables a menos que te haga una pregunta, aquí dentro te dirás a mí como, "señor" y nada más o simplemente te estas castigando a sí misma.

Tragué saliva, mirando la pared roja, la sombra de Draco moviéndose detrás de mí. Después de esperar en esta habitación durante los últimos 20 minutos, esperando, según las instrucciones, su regreso y mordiéndome el labio inferior por lo que quería hacer.

Por supuesto, había estado, habíamos estado en esta habitación más de 100 veces y cada vez es tan estresante. Solo quiere usar esta habitación cuando quiere desahogarse, lo que solo me dice que no está bien.

—En esta habitación tengo reglas.—dijo Draco detrás de mí.—Son las siguientes: yo estoy a cargo. Si te doy una instrucción, la sigues sin un momento de vacilación. Te lo digo, actúas como te digo. El desafío a cualquiera de estas reglas te llevará a un castigo que no planeo hacer a la ligera. ¿Me explico?.

—Sí, señor.—exhalé, mi corazón latía fuera de mi pecho. Ya conocía estas reglas, pero escucharlas de nuevo no las hacía menos eróticas.

—Habiendo dicho eso. Haz lo que te digo y sigues las órdenes, serás recompensada.—dijo.—Date la vuelta.—Obedecí y me di la vuelta lentamente, mostrando mis mejillas sonrojadas y mi expresión aterrorizada.—¿Estás bien?.

—Sí señor.

—Buena chica.—sonrió y se dio la vuelta, señalando el letrero en la pared que leí justo antes.—Aquí, sabes que trabajo con muchas cosas diferentes. Si sientes que he presionado, sabes tu palabra de seguridad y ni siquiera dudes, ¿entiendes?.

—Si señor.

Él sonrió, feliz con mi respuesta.—Te amo mucho y siempre serás mi esposa, pero durante la próxima hora más o menos, te trataré como nada más que una puta, ¿entiendes?.

Tragué saliva.—Sí, señor.

No estaba realmente seguro de cómo había llegado a este punto. Siempre se supo que Draco tenía estallidos aleatorios de emociones en las que sentía algo y luego completamente diferente en el siguiente segundo. Por lo general, él mismo se ocupa de ellos, pero hay ocasiones en las que elige usar esta sala.

Estaba en la cocina, secando tazas para ponerlas en el armario cuando Draco de repente se acercó detrás de mí y comenzó a besar mi cuello.

Por lo general, esto significa que quiere atención, así que dejé la taza y lo envejecí como él quería.

—¿Sí?.—Sonreí mientras levantaba la cabeza de mi cuello.

—Te deseo.—dijo en un susurro ronco.—mucho.

—Sabes que siempre seré tuya.—respondí como si no fuera obvio.

—Quiero usar nuestra habitación.—dijo y fue entonces cuando mis ojos se abrieron mucho.

—¿Estás bien?.—Naturalmente, estaba preocupado, realmente no lo usa a menos que esté estresado.

—Por favor, no hagas preguntas.

Y así es como terminamos en esta situación.

—Buena chica.—sonrió y se agarró a mi cintura. Mi cuerpo se estremeció levemente mientras inclinaba la cabeza hacia abajo y miraba sus zapatos detrás de mis piernas.