𝟑𝟐. 𝐌𝐘 𝐁𝐋𝐎𝐍𝐃 𝐁𝐎𝐘

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AnnaLeigh Malfoy

—Oye, ¿Dónde has estado?.—dije mientras doblaba las piernas sobre el sofá y miraba a Draco pasar por la chimenea. Eran las 20:30 de la noche y había llegado a casa hacía tres horas.

Regresé a la casa esperando que Draco ya estuviera en casa o al menos dentro de una hora, pero no fue así. Intenté llamarlo un par de veces, pero en realidad nunca contestó su teléfono cuando estaba trabajando.

Así que aquí he estado sentado, esperando a que vuelva a casa.

Draco suspiró.—La nueva interna. Arruinó un punto que provocó una infección y tuve una montaña de papeleo.

—Papeleo, ¿eh?.—Asentí y me levanté lentamente del sofá mientras Draco dejaba su bolso en el suelo y se quitaba el abrigo.—Hoy revisé tus carpetas, todo está actualizado, ¿Qué 'papeleo' estabas haciendo?.

Draco se río.—¿Crees que te estoy mintiendo?.—Levantó una ceja y me miró con el rabillo del ojo. Mi silencio mostró que estaba hablando en serio y fue entonces cuando volvió toda su atención hacia mí. Girando su cuerpo para mirarme, tomó mi postura con una sonrisa.

—¿Por qué sonríes?.—Dije, cruzando mis brazos sobre mi pecho.

—Eres linda.—se inclinó hacia delante y me dio un beso en la nariz antes de pasar a mi lado y entrar a la cocina. Rodé los ojos y lo seguí, aún con los brazos cruzados.

—En serio, ¿Qué estabas haciendo?.—Pregunté mientras lo veía empezar a prepararse una taza de té para sí mismo.

—¿De verdad crees que después de todo lo que hemos pasado, te engañaría?.—Dijo con una sonrisa, aparentemente divertido por la forma en que estoy respondiendo.

—¿Quién dijo algo sobre eso?.—Fruncí el ceño.—Solo quiero saber qué estuviste haciendo durante tres horas. Ni siquiera me llamaste.

—Te lo dije.—dijo simplemente, vertiendo el agua hervida en su taza.—Papeleo.

—Hmm.—tarareé y caminé alrededor del mostrador antes de envolver mis brazos alrededor de su cintura.—Este papeleo... ¿es rubia?.

Se quedó inmóvil por un segundo.—¿Rubia?.—Casi se ríe.—Bebé, tengo demasiado rubio en mi vida.

—¿Enserio?.—Levanté una ceja a pesar de que él no podía ver.—¿Así que ella es morena?.

—ELLA eran treinta y cuatro páginas de un informe de incidentes.—respondió, sumergiendo constantemente la bolsita de té en el agua.

Canturreé y bajé más las manos, jugando con la hebilla de su cinturón lentamente.

—¿Cómo se llamaba ella?.—pregunté. A estas alturas, sabía muy bien que estaba diciendo la verdad, pero nunca estaba de más bromear.

—Paciente de San Mungo—tartamudeó cuando metí mi mano en sus pantalones, trazando lentamente sus boxers.—Informe de incidente del paciente de San Mungo.—exhaló, ahora tratando de concentrarse menos en lo que estaba haciendo y más en su bebida.

Sonreí y deslicé mi mano en sus bóxers, sintiendo alrededor de la piel suave al lado de su pene endurecido. Hice todo menos tocar donde él más me quería.

—Anna.—respiró, casi como una advertencia cuando asusté mis dedos sobre su punta.

—¿Qué?.—Dije inocentemente, plantando un beso en la parte de atrás de su cuello.—Dime, ¿era buena?.—Sentí su cuerpo relajarse mientras envolvía mi mano alrededor de su base. La forma en que toqué fue mínima ya que sus pantalones restringieron la forma en que mi mano se movía.

BEHIND CLOSED DOORS 3 | DRACO MALFOY ✓حيث تعيش القصص. اكتشف الآن