10. El fin del invierno

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Lana

Parece que las puertas se abren con una tarjeta, como en los hoteles - Dije. - ¿No es muy guay?

Estaba en el cuarto de Alicia. Ambas estábamos sentadas frente a su ordenador chequeando todos los links que Yonsei nos había mandado. En estos instantes ocupábamos nuestro tiempo viendo un vídeo que mostraba cómo era la residencia de estudiantes del campus.

Pese a que ella estaba en la Facultad de Enfermería y mi carrera estaba en la Facultad de Arte, íbamos a vivir en la misma residencia. Tal vez incluso nos tocaría en la misma planta.

— Sigo sin asumir que voy a estar en Corea, Lana.

— No hace falta que lo asumas.

— ¿Y qué hago? ¿Pasarme los meses pensando que estoy en una especie de simulación?

Yo encogí los hombros. — No es mal plan. A veces la vida en sí parece una simulación.

Pensaba que Alicia iba a quejarse de mi respuesta, pero se quedó pensativa durante unos segundos y después asintió, haciéndome reír.

Al terminar de ver los vídeos y leer toda la información, procedimos a maquillarnos y peinarnos con demasiada consciencia. Teníamos que hacernos unas fotos para nuestros futuros carnets de estudiante de la universidad y preferíamos hacerlas nosotras, que ir a una cabina de fotos y rezar por lo mejor.

— ¡No tengo una pared blanca lisa! - Se lamentó Alicia al leer las específicas instrucciones.

— ¿Y tienes sábanas blancas?

Alicia abrió los ojos y rápidamente se levantó de su silla. A los treinta segundos volvió con una sábana plegada en sus manos. Procedimos a colgarla en su pared con chinchetas y a estirarla para que fuera lo más lisa y plana posible. De la bolsa de deporte que había traído saqué unos pequeños focos plegables y los coloqué enfrente para que la luz no hiciese sombras por los lados. Una vez todo listo, terminamos de arreglarnos.

— ¿Demasiado colorete? - Pregunté llenando innecesariamente mis mejillas de aire.

— Nunca es demasiado. Échale más.

Solté una carcajada, hice caso de sus palabras y me añadí más rubor. Después en el espejo asomé la cabeza y arreglé los mechones de mi pelo para no estar tan despeinada. Alicia tenía el pelo liso, así que simplemente podía cepillarlo y todo estaría perfecto.

— Sonríe un poco menos. Abre más lo ojos. Relaja las cejas - Me ordenó Alicia mientras miraba por la lente de mi cámara. Yo hacía todo lo que me pedía. - Baja la barbilla. Espalda recta.

— ¿Saco la lengua y finalmente hago el pino puente?

— ¡No te salgas del guión!

Rodé los ojos, miré al objetivo y sonreí. Me sentía como en el colegio, haciendo fotos de graduación. Alicia me hizo unas quince fotos y tras revisar todas una por una, elegí la foto final. Después fui yo quien tenía la cámara en las manos.

— Échate ese mechón hacia delante. Te queda bien.

— ¿Así? - Se aseguró. Yo asentí con una pequeña sonrisa y procedí a morder mi lengua, concentrada.

Era divertido pensar que la universidad nunca sabrían que aunque estábamos vestidas y arregladas en la parte superior, llevábamos los pantalones del pijama.

— ¿Te apetece un ColaCao? - Me preguntó Alicia cuando terminamos.

— Me apetece mucho.

Alicia vivía en un sexto piso, el más alto de su edificio. La cocina conectaba con una terraza con vistas muy bonitas a la zona, además, el sol siempre se ponía en ese lado y se podía ver un atardecer precioso.

Good To Love 2 | Han JisungWhere stories live. Discover now