36. Los corazones no se rompen en Jeju

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Lana

Hey, you wanna come in? - Canté al abrir la puerta. Han soltó una carcajada.

— Te ha encantado Back Door.

— Va a ser un exitazo.

Han sonrió. — Sigues afónica.

— Grité mucho en el concierto, disculpa.

Han vestía unos vaqueros azules largos y una camiseta enorme gris con un dibujo en el centro. Su pelo parecía haber cobrado un poco de forma con la ayuda de un secador. Su colonia me alcanzó rápidamente y olía tan bien como siempre: dulce, pero sin ser empalagoso y totalmente encantador.

Me eché a un lado para que pudiera pasar y enseguida se bajó la mascarilla para darme un beso como saludo. Traté de controlar mi sonrojo.

— ¿De verdad preferías pasar la noche en mi habitación? - Pregunté mientras cerraba la puerta. Era una habitación pequeña, pensaba que él creería que su apartamento era una mejor opción.

— Es muy acogedora. Además, todo huele a ti - Respondió quitándose los zapatos y dejando la maleta y la pequeña mochila que cargaba a un lado.

— ¿Huele a puros nervios? Porque así es como he estado todo el día.

— ¿Tan nerviosa estás?

— Me muero de ganas, Hannie. Anoche después de nuestra llamada me quedé despierta mirando documentales de Jeju.

Han soltó una risita y puso sus manos por detrás de mi cintura. Durante unos segundos, se quedó mirándome con una pequeña sonrisa, sus ojos redondos sobre los míos, suavemente.

— Lanita, con una emoción como la tuya, eres la mejor compañera de viaje posible.

Sonreí y le rodeé la cintura con mis brazos, apoyando la barbilla en su hombro. — Gracias por invitarme, Han.

— No encontraba mejor manera de pasar estos días - Dijo, subiendo una mano a la parte de detrás de mi cabeza.

— ¿Viendo anime en la cama? - Respondí divertida, alzando la cabeza para mirarle. Escuché su risa.

— Bueno, sí. Pero puedo hacer eso con vistas al mar y tú a mi lado.

Reí. — Okey, entiendo.

Al separarnos del abrazo, volvió a dejar ambas manos en mi cintura.

— He decidido que no voy a enseñarte el hotel al que vamos.

— ¿Ni siquiera si es este u oeste?

— Ni siquiera eso - Sonrió. - Va a ser sorpresa.

— ¿Entonces solo sé que a las tres y media de la mañana tenemos que coger el taxi al aeropuerto?

— Exactamente, Lanita.

— Te gusta esto de hacerte el misterioso, se te nota - Puse el dedo índice sobre su pecho de manera atacante. - Siempre te ha gustado. No solías decirme a dónde íbamos en nuestras citas.

Sonrió. Supe que, como a mí, a él también le gustaba cuando hablábamos del pasado como si no hubiera habido una brecha entre medio, como si nada hubiera cambiado. Ciertamente, entre nosotros, parecía que eso era exactamente así.

Han esbozó una traviesa sonrisa ladina. — Lo sé. Soy un hombre misterioso, qué le vamos a hacer.

Solté una risita y le empujé suavemente en el hombro. Me moría de ganas de saberlo todo, pero a la vez, me gustaban mucho las sorpresas.

Good To Love 2 | Han JisungWhere stories live. Discover now