47. Graduación

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5 de diciembre

Lana

Toqué la puerta de Junho y cuando escuché su "¡adelante!" giré el pomo.

— Hola, sajangnim - Dije, asomando la cabeza y haciendo una reverencia. - Vengo a devolver la llave de mi taquilla.

Él, que estaba mirando por su ventana, se dio la vuelta y sonrió. — Esta vez de verdad - Dijo divertidamente. Yo reí.

— Esta vez de verdad.

Me acerqué a su mesa y le entregué la llave en la mano cuidadosamente. Él me agradeció y las guardó en un cajón de su mesa.

— ¿Así que ya lo tienes todo recogido?

— Sí, todo listo. Solamente tengo que pasarle unos archivos de mi ordenador a Hyejin sunbaenim y ya estaría todo.

— Muy bien.

Esbocé una pequeña sonrisa y asentí con la cabeza. No sabía muy bien cómo expresar lo que quería decir a continuación.

Junho no tenía la edad de ser mi padre, pero era una figura paternal para mí. Como un primo mayor, o un tío, alguien que te guía. Había sido el mejor jefe que había tenido y estaba segura de que iba a ser muy complicado encontrar a uno tan bueno como él. Tal vez había sido tan simpático conmigo porque solo era una estudiante de prácticas y los ingresos de la compañía no dependían de ningún modo de mí, pero estaba muy agradecida. Me había hecho sentir totalmente bienvenida en una empresa enorme, en una industria fría y dura. Y quería tratar de decírselo.

— Y Lana - Habló de pronto, antes de que yo pudiera abrir la boca. - Espero que hayas disfrutado mucho de tus prácticas aquí.

— ¡Mucho, sajangnim! - No tardé en decir. Él se echó a reír por mi impulsividad.

— Ahora te toca graduarte y volar hacia el mundo laboral. Pero no debes preocuparte, eres una chica muy trabajadora y talentosa y tengo confianza de que sabrás utilizar todos tus recursos y abrirte las puertas que tú quieras - Dijo. Yo hice una reverencia para expresar mi gratitud. - Ten una muy buena vuelta a España, una buena graduación - Se dio la vuelta para abrir su armario y sacó una cesta - y una feliz Navidad.

Cogí la cesta y volví a hacer una reverencia. — Muchas gracias, sajangnim. Me habéis enseñado muchísimas cosas, para mí ha sido un honor trabajar aquí - Dije. Junho se subió las gafas y esbozó una gran sonrisa. - Gracias, de nuevo, y feliz Navidad.

Cuando abandoné el despacho de Junho con mi cesta de Navidad en mano llena de frutas, chocolates, dulces tradicionales y una botella de vino, los demás trabajadores que me vieron entendieron que ya era mi último día. Algunos con los que nunca había tratado ni siquiera crucé miradas, otros más amables me enviaron una pequeña sonrisa y un gesto de cabeza, y el equipo con quien más había trabajado se despidió de mí.

 Algunos con los que nunca había tratado ni siquiera crucé miradas, otros más amables me enviaron una pequeña sonrisa y un gesto de cabeza, y el equipo con quien más había trabajado se despidió de mí

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Good To Love 2 | Han JisungWhere stories live. Discover now