[1ª temporada en mi perfil]
El tiempo ha transcurrido desde que Lana se subió a aquel avión para no volver, alejándose del lugar que le enseñó la importancia del presente.
Todo parece haber cambiado desde entonces. Aquellos chicos especiales que con...
Mi profesora asintió y continuó leyendo el contrato que demostraba que iba a hacer prácticas en una empresa. Cogió el bolígrafo que llevaba enganchado en el bolsillo de su camisa y firmó en la esquina inferior izquierda.
— Pues ya está todo. Mándame un correo con si surge algún cambio. La evaluación de tu trabajo se realizará a final del semestre y con ello obtendrás los créditos.
Hice una reverencia. — Sí, profesora Hong. Gracias.
La mujer me envió una pequeña sonrisa y salí de su despacho. Hasta el momento de cerrar la puerta, no noté lo tenso que estaba mi cuerpo. Cerré los ojos, respiré hondo durante unos instantes e hice el camino de vuelta a clase.
Ya era mayo. A partir de este momento, la mayor parte de mis días iba a consistir en las prácticas. Muchas de mis asignaturas se habían convalidado y el mayor examen de mi vida se concentraba en este trabajo. ¿Sería capaz de utilizar el conocimiento de estos años de universidad y aplicarlos en el mundo real? Pues esperaba que sí. Si no, todo habría sido una enorme pérdida de tiempo y no me apetecía lidiar con esa sensación.
De pronto, sobre las baldosas blancas que formaban el suelo, vi lo que parecía ser un pequeño papel en el que estaba grabada una frase. Fruncí el ceño, tratando de enfocar lo que ponía. Pensé que tal vez esa frase iba a cambiarme la vida, que era un mensaje enviado desde el más allá diciendo exactamente lo que debía hacer, que tal vez era mi yo del futuro previniendo una catástrofe, o que era una señal de que no debía...
"Retire la etiqueta para pegar la tapa".
Vaya, decepcionante cuanto menos.
Llegué a mi siguiente clase y me senté al lado de mi grupo de trabajo. Era el día en el que el profesor iba a evaluar el proyecto que comenzamos hacía poco más de una semana, el día en el que me llamaron desde las lujosas paredes de JYP. Jooyeon a mi derecha se mordía las uñas con nerviosismo mientras que Jungsu, a su otro lado, mantenía una imagen muy calmada. Parecía que hasta se podía dormir en cualquier momento. Reí internamente y giré mi mirada hacia el profesor Yoon, que estaba conectando su portátil a la gran pizarra digital.
— Estoy nervioso - Jooyeon me susurró, con los ojos fijos delante.
— Se te nota, Oreo. Trata de calmarte, el profesor Yoon puede oler el miedo.
Mi visión periférica detectó cómo giraba su cabeza hacia mí, así que le imité. — Eso sí que es terrorífico.
— Lo sé.
El profesor evaluó todos los trabajos en directo, corrigiéndolos y comentándolos en voz alta. Tuvimos la mala suerte de ser el último grupo en ser evaluado, con lo cual mantuvimos la tensión en el cuerpo durante una hora y media.
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