26. La verdad

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"Fuiste preciosa hasta el final.
Un estúpido yo es lo único que queda.
Debí haberte tratado mejor en ese entonces.

Después de decir estas palabras obvias suspiro.
Quiero rebobinar y empezar de nuevo,
organizar esta caóticamente destrozada situación
y volver atrás a cuando era feliz.

Esto nunca fue tu culpa, así que no llores.
No derrames lágrimas y, como en aquellos tiempos,
sonríe. Porque eres la más preciosa cuando sonríes".

— HaPpY.

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Lana

— Sí, mira. Esa transición de ahí la edité yo.

Chan soltó una carcajada ante mi infantil emoción. — Wow, hermana. You're good.

— Gracias.

Sonreí y guardé en mi bolso el teléfono. Habíamos estado viendo el último episodio de Two Kids Room+1. Yo había formado parte de la edición. Aunque no fuera demasiado, estaba muy emocionada de poder decir que un vídeo en el que yo había participado, estuviera siendo visto por cientos de miles de personas.

Era sábado. Había pasado una semana desde la grabación de Blueprint y junio acaba de llegar a la ciudad. Ahora que tenía el coche de la compañía desde principios de semana, un pequeño Fiat 500 plateado de segunda mano, pude recoger a Chan en el apartamento para nuestra pequeña quedada hoy.

Habíamos comido juntos en Garosu-gil y ahora paseábamos por la acera, ojeando los escaparates de las tiendas. El cielo estaba despejado, no había demasiada gente... era un día tranquilo.

Chan se había comprado una sudadera negra, que, según él, era totalmente distinta a las otras cincuenta sudaderas negras de su armario. Yo, por mi parte, me compré unos calcetines estampados con pequeños leones.

— ¿Sabes? A veces pienso en visitar la que fue nuestra casa - Dije. Porque el resto de su rostro estaba tapado por una mascarilla, pude leer la sorpresa en sus ojos.

— Yo también lo he pensado.

Levanté una ceja. — ¿No has ido?

— No. Desde que mis padres se mudaron no he pasado por allí. Además, he estado muy ocupado y no he encontrado el momento.

— Lo entiendo.

— Pero... podríamos ir ahora. Ya que estamos aquí juntos, y tienes el coche.

Abrí los ojos. — ¿Lo dices en serio?

— Todo lo en serio que tú quieras.

— Vayamos a por el coche.

Dimos la vuelta y caminamos de vuelta hacia el parking subterráneo. A los quince minutos, ya nos encontrábamos dentro del coche con los cinturones puestos. Y, cinco minutos después, ya estábamos en la carretera de camino a nuestro vecindario, alejado del centro de Seúl y dueño de cientos de cálidos recuerdos.

Chan también tenía el carné, así que le pregunté si quería conducir. Pero dijo que no, que le gustaba verme a mí hacerlo.

En la radio sonaban canciones de los 80 que los dos conocíamos, porque Helena y Edward siempre se encargaron de poner en el coche discos de aquellos tiempos. Ambos cantábamos dejándonos nuestros pulmones al ritmo de I'm Still Standing de Elton John durante el trayecto.

Good To Love 2 | Han JisungWhere stories live. Discover now