CAPITULO 11

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HENRY

Desesperado espero a que las puertas del elevador se abran, en cuanto lo hacen salgo caminando a paso rápido para entrar a la suite.

Estoy huyendo de nuevo, seguro cree que soy un cobarde pero no podía quedarme después de ese beso, no podía por que mis ganas de tocarla más, de volver a llevarla a la cama se hicieron más inmensas y no puedo.

Tengo que pensar en Diana.

Pero se me olvida cuando tengo a Adelaida frente a mi, se me olvida todo y solo recuerdo su cuerpo debajo del mío, sus senos en mi cara y su boca brindándome exquisito placer, ¿como puede estar pasándome esto?

En la vida se me han cruzando muchas mujeres proponiéndome una aventura, coqueteándome descaradamente y deseando que las lleve a la cama, todas modelos, actrices o cantantes, a todas las rechace por el amor que le tengo a Diana y por que ninguna me provocaba nada, todo lo que hería ya estaba esperándome en casa.

¿Y quien diría que fui a caer por una secretaría?, mi secretaría.

Y no quiere decir que sea menos hermosa que los demás por que simplemente creo que las supera, pero mi mente no procesa que me pongo como un adolescente cuando miro.

En mi vida me imaginé bailando así con alguien, menos ese género de música pero lo hice y seguro parecía un viejo ridículo, pero no pensé, me cegué dejándome llevar por lo excitante que fue verla y sentarme bailar.

Necesito una ducha, una muy fría.

Al entrar a la suite dejo la tarjeta sobre la mesa y me encamino a mi habitación pero una voz me detiene.

—Señor Cavill— me giro para ver a Adelaida.

—Adelaida esto no está bien— es lo primero que sale de mi —Perdóname por el beso, me deje llevar pero no...

—Pero no volverá a suceder— me interrumpe —Yo quiero que suceda.

—Yo no...tengo una esposa, la amo y...jamás la había traicionado hasta esa noche en tu apartamento, además, te llevo veinticuatro años— rueda los ojos.

—A mi no me importa, no me importa su soberbia y tóxica esposa— suspira —Mucho menos su edad por que aparenta menos y por dios es genial en el sexo.

—Ada...

—No, escúcheme— me calla —No se por que tiene un trauma con su edad por que no es un anciano, usted no debe preocuparse por eso y mucho menos dudar si necesita esa pastilla azul por que no la necesita y quien diga lo contrario que venga y me pregunte que ya lo comprobé— muerdo mi mejilla interior para no sonreír —Lo desee desde el primer día que lo mire, desde que tenía dieciocho ansiaba con estar en la cama con usted, que hiciera conmigo lo que quisiera...

...Luego llegó Christian y pensé que eso me calmaría las ganas pero no, ni fue así, solo las avivo más por que no estaba satisfecha, lo quería a usted, lo quería entre mis piernas y nuevamente pensé que después de esa noche en mi apartamento me calmaría pero tampoco pasó, solo me quede con ganas de más, más de usted y de su boca por todo mi cuerpo, y se que usted también lo quiere, pero lo detiene el pensar e su esposa, una esposa que pone en duda su ámbito sexual...

—¿Y sabe que?, aún así ella despierte y tengan sexo no lo va a complacer por que no voy a ser yo, no va a poder usar esa rudeza con ella por qué Diana es delicada y no es que yo no lo sea pero a mi me gusta que sea duro— siento mi miembro palpitar —Desperté a un dragón dormido y ahora solo yo voy a poder calmarlo aunque insista que no recuerda que fui yo quien lo despertó, por que no le creo, no le creo que no recuerda cada orgasmo que tuvimos juntos. Yo quiero que se vuelva a meter entre mis piernas, no me importa ni su esposa, ni mi novio, ni...

My Boss | Henry Cavill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora