CAPITULO 40

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ADELAIDA

Bebo de mi té mientras miro por el ventanal que da al patio trasero, hace frío, estoy sola, es veinticuatro de diciembre, sin las cinco de la tarde y no tengo absolutamente nada que hacer para cenar, estoy pensando seriamente en ir a comprar pero me da miedo que pueda encontrarme con Chris.

Mi celular comienza a soñar, al ver la pantalla me doy cuenta de que es mi papá, tomo una bocanada de aire antes contestar.

—Hola papá— saludo feliz.

—Hola mi amor, ¿cómo estás?— inquiere y se escucha ruido en el fondo.

—Bien, ¿y tu?, ¿qué haces?

—Preparó un pastel para el postre, aquí son las nueve de la mañana apenas— suspira —Esto de batir con la mano es muy cansado.

—Lo se— suelto una risa —¿Y mi hermana?

—Está arriba, se encerró en su habitación cuando tu mamá vino a intentar darle su regalo de navidad, no ha salido— hago una mueca.

—¿La viste?

—Si, tocó la puerta, no la esperaba la verdad.

—Que descarada.

—Ada...

—Perdón, no me pude contener.

—Es tu mamá— ruedo los ojos.

—¿Y que cenaran?— cambio de tema.

—Tu hermana quiso pollo asado así que eso cenaremos, ¿y tu?

—No lo se, tal vez solo duerma esta noche— dejo el té sobre la mesita de centro.

—Debiste venir, te extrañamos, tal vez pueda viajar para antes de Año Nuevo y...

—No es necesario papá, tal vez yo vaya, te avisaré si puedo— no quiero que me vea así con los golpes.

Mi pómulo ya está sanado, el labio y el ojo ya casi pero si mi hermana llega a verme sin blusa vera el hematoma en mi abdomen y parte de mis costillas, todavía no quiero decirle a mi papá

—Está bien, me saludas a Chris— trago grueso.

—Ya no estamos juntos papá, y antes de que preguntes, te cuento después.

—Sabes que estoy aquí para ti siempre, te amo Ada, eres la luz de mis ojos— sonrio.

—Eso se lo dices a Lizzy también— le reclamo.

—Si pero tú eres la luz más grande, ella la más chica por que es la menor— suelto una risa.

—Te amo papá, me saludas a Elizabeth, los amo.

—Te amamos también, adiós— cuelga.

Me quedo mirando la pantalla de mi celular por unos minutos, pido un Uber, le notifico al guardia de la privada que pasará el Uber por mi y subo a mi habitación para ir por un abrigo ya que está nevando.

Todavía no me acostumbro a esta casa, me gusta mucho pero no me cabe en la cabeza que vivo en una casa así.

Aprovecho también para ponerme un poco de maquillaje que tape que morado casi imperceptible que me queda en el ojo, pongo un poco de labial para la herida del labio.

El celular me indica que el chofer llego así que bajo con mi bolso en mano, saludo al señor que conduce y me lleva a mi destino, no tardamos mucho en llegar, es un supermercado donde venden lo mejor.

Busco por todos lados pero ya todo está agotado aquí, salgo de la tienda para ir a la siguiente, está cerca a unas cuantas cuadras, es la mejor para cenas navideñas pero es más costosa, igual no importa, yo amo navidad, no puedo quedarme sin hacer nada.

My Boss | Henry Cavill Where stories live. Discover now