Solo sexo

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MIRANDA

Sonrió al mirar la misma escena como por quinta vez en donde Eda hace que ambos suban por las escaleras, jamás me cansaré de ver esta novela, es mi favorita.

Llevo a mi boca la cuchara con helado de vainilla, continuo mirando la televisión, tres toquidos en mi puerta me hacen soltar un gruñido de molestia, la única opción de quien sea es Ada, seguro viene a decirme que la policía la busca por golpear a su horrible suegra.

Esa señora es un horror de persona.

Dejo la nieve sobre la pequeña mesa que tengo y me apresuro a abrir mientras limpio mis manos en mi pijama.

Mi corazón comienza a latir fuertemente y cualquier gota de coherencia desaparece de mi cerebro al ver frente a mi al hombre de ojos azules que me ha dado las mejores noches de mi vida.

Las palabras no salen de mi boca, no puedo articular los músculos de mi mandíbula ante la sorpresa, él siempre llama antes venir.

—Miranda— mi nombre sale de sus labios en un tono masculino como es todo él.

—Elias— digo casi en un suspiro —¿Que haces aquí?

—¿Te molesta que viniera?— cuestiona mirándome a los ojos y yo niego —Vine a visitarte, tomar una copa y no se...complacernos.

Miro la botella de Moët que tiene en la mano.

—Entiendo— medio sonrió haciéndome a un lado para que pase.

Elias Cavill se adentra a mi apartamento, lo detalla con esa mirada de incomodidad como la de hace un año cuando vino por primera vez, cuando se ofreció a traerme y todo termino en la cama.

Cierro la puerta con cuidado, voy a la cocina de donde saco dos copas y luego me siento a su lado en mi sofá.

Él abre la botella mientras que yo sostengo las copas, mi corazón palpita rápido como siempre que lo veo y quiero besarlo, en verdad quiero hacerlo por que lo extrañe y me odio por eso.

Todo inicio como solo sexo, ni siquiera se cuando me enamore de él pero sospecho que ya tenía planeado llevarme a la cama. Elias no es el tipo de hombre que se ofrece a llevar a su casa a una simple recepcionista como yo, ni el que después de dejarme vuelve media hora después con una botella de champaña en su mano, dos copas y una sonrisa que derrite a cualquiera, ni siquiera sonríe, es de las pocas veces que lo he visto sonreír.

Después de acabarnos la botella tuve el mejor sexo de mi vida y cuando desperté en la mañana ya no estaba, era de suponerse, tampoco es el tipo de hombre que se queda a dormir.

Pasaron los días y no espere verlo en mi puerta el siguiente fin de semana con otra botella, así se hizo costumbre y ya no pude desafanarme de él ni el de mi, por qué siempre que se molesta por decirle que estoy cansada de ser solo la que usa para diversión, soy yo la que lo llama para pedirle perdón e insisto para que vuelva.

O en veces que estoy decidida a terminar, es el quien viene y me convence de no hacerlo y realmente no lo entiendo, ¿si no siente nada por mi por que vuelve a buscarme también?, quizás tiene algún tipo de dependencia sexual o yo que se, me dolería si dejo de verlo.

Elias Cavill es tan superior a cualquiera con el que me haya acostado antes, al fin y al cabo es un Cavill, sin una gota de lo buena persona que es su papá pero al final es un Cavill.

—¿Como te fue en el viaje?— cuestiona bebiendo de su copa.

—Bien, todo salió muy bien para ser mi primera vez allí con el señor Moore— contestó emocionada, son pocas las veces que se interesa por mi vida laboral o independiente —El evento fue maravilloso y tu papá se lució con...

My Boss | Henry Cavill Where stories live. Discover now