CAPITULO 22

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HENRY

Diana ríe a causa de nuestra charla sobre una amiga suya, Bueno, en realidad ella es la que ha hablado toda la noche pero por mi está bien, hoy está más alegre y amena, creo que salir a cenar solos después de mucho tiempo está sirviendo.

El mesero llega para servirnos más vino, le pido que deje la botella completa y se retira, al verla el recuerdo de la última vez que tome vino llega a mi mente, miro a mi esposa borrándolo y le sonrió.

—Adivina que hizo el esposo de Gloria— la miro sin tener idea.

—No lo se, ¿le regalo un auto nuevo?, ¿quieres uno tu?

—No cariño, bueno si quiero el auto pero eso no fue lo que hizo— sonríe con diversión —La dejo por una niña de veinte.

Casi escupo el vino.

—¿Que?

—Si bueno, veinticuatro pero da igual, ¿puedes creerlo?, es un ridículo— bebe de su copa.

—No, no puedo creerlo, ¿cómo está ella?

—Devastada, son veintiocho años de matrimonio tirados a la basura.

—Enserio no lo puedo creer— murmuro.

—Ni yo, ¿cómo va a dejar a mi amiga?, esa niña no es nada comparada con Gloria, ya lo quiero ver cuando él tenga sesenta y esa treinta y cuatro.

—Enserio estoy muy sorprendido, pobre Gloria.

—Si, iré a verla mañana— asiento —Cambiando de tema cariño, estaba pensando en ir a Los Ángeles a visitar a mi papá.

—Me parece bien, podemos irnos en una semana...

—Si, amor, yo pensaba ir sola, ya sabes, ademas de visitar a mis padres pues tener un tiempo para mi.

—Ah...claro, tú dime cuándo y pido que te preparen el Jet— sonríe animada.

—Tal vez en una semana— asiento llevando la copa a mis labios.

El resto de la noche seguimos hablando amenamente, me cuenta que quiere ir de compras para renovar su armario, como todos los años.

Salimos del restaurante y vamos directa a la casa, subimos a la habitación para darnos una ducha, mientras me desvisto la observo.

Estoy realmente feliz, disfruto los momentos así con mi esposa, en donde lo peleamos, en donde volvemos a ser los mismos de siempre y reímos de los chistes malos que cuenta cada uno.

Me acerco lentamente a ella y dejo un beso en su hombro, me mira a través del espejo de su tocador.

—Quiero hacerte el amor— murmuro en su oído.

—Henry estoy...— dejo un beso en la comisura de sus labios.

—Por favor amor, no puedo estar más sin tocarte— me mira por unos segundos más.

Se pone de pie y se gira para dejar un beso en mis labios, bajo el cierre de su vestido lentamente, nos separamos para que se quite por completo el vestido, la contemplo en su lencería fina de encaje, no es vulgar, es algo elegante.

Vuelvo a besarla y esta vez la tomo con más profundidad, nuestra lengua se encuentran en una guerra, llevo mi mano a su nuca para juntarla más a mi y muevo mis labios un poco más salvaje, con deseo, con ganas.

Diana se separa de mi empujándome no tan fuerte.

—¿Que te pasa?, jamás me habías besado así— me mira con el ceño fruncido —Como si fuera una prostituta.

My Boss | Henry Cavill Where stories live. Discover now