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Eda está feliz, por fin. Con la gente que quiere, se están riendo, no le gustan mucho las tradiciones pero reconoce que cualquier excusa es buena para una fiesta. Ojalá Serkan estuviera ahi con ella, se moriría si la viera con ese traje rojo, lo poco que le iba a durar puesto le sacó una sonrisa.
Piril se acerca a ella, Y le sonríe.
Eda, gracias por incluirme aquí, no tengo hermanos, ni familia, el verte aquí con el Bindalli Y el velo, que me pidieras a mi que te pusiera la henna y te diera el regalo, para mi Serkan es un hermano y me has dejado convertirme en tu hermana. — le dice Piril llorando de emoción.
Piril, somos hermanas, se el cariño que tienes por Serkan, yo también te doy las gracias de que hayas estado aquí para mi y me creas cuando digo que quiero a Serkan. — le dice Eda cogiéndole las manos a Piril.
Aparece Melo. — venga Dada, bailemos animo Piril que es día de alegrías no de lloros.
Bailan un rato hasta que se sienten muy cansadas y se sientan a charlar. Sin darse cuenta se van quedando dormidas todas menos Balca. Cuando ella ve la situación, se hace también la dormida.
Mientras en casa de Serkan, Seyfi, Erdem, Ferit, Engin y el propio Serkan están aburridos mirando la lumbre, ya sin ganas de reír las tonterías de Erdem.
Serkan decide que ya habrán tenido de hacer la ceremonia de la henna y quitado el velo y ahora están ya disfrutando de la fiesta, todas las echan de menos, para asegurarse de que les parece bien, llaman a Fifi primero que no les contesta asi que deciden llamar al resto pero no contesta ninguna, por lo que preocupados deciden ir todos.
Serkan va en el coche con Ferit, no está tranquilo, Eda le ha cogido el teléfono como dormida, ¿y si ha pasado algo?¿y si se ha desmayado?.
Balca mientras tanto, ha sido testigo de como se llevaban a Eda dos hombres que sabe son guardaespaldas del príncipe Seyman.
Cuando llegan al lugar de la fiesta Tahir dice que oye algo de un helipuerto y que ha sido el príncipe Seyman.
Serkan conduce su coche como loco por las calles de Estambul hasta que entra en el parking de un helipuerto relativamente cercano y ve un coche negro. Aunque le sigue sin limite de velocidad, cuando llega el coche está con las puertas abiertas en la pista de despegue. Al lado del coche están los dos hombres que cree se la han llevado y ve en el helicóptero al Principe Seyman con Eda en sus brazos.
