¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No sabe el tiempo que lleva en ese limbo indoloro donde no puede ni hablar ni moverse. Su mente o su consciencia, no sabe bien que es, se dedican a revivir momentos de su vida. Los mejores son aquellos en los que su mente le recuerdan los paseos con Eda cogidos de las manos, sus arrumacos en el sofá de su casa, los besos no robados... los peores son los que le consiguen quitar el aire y oye esos ruidos alrededor, siendo él simplemente un mueble mas de donde esté, cuando su cabeza se empeña en recordar los ruidos y golpes de un avión cayendo al mar.
Como ahora, ese pitido continuo que escucha, ese correr, siente como si su corazón se parase hasta que algo lo golpea con fuerza y vuelve al pitido discontinuo, casi mecánico que le da serenidad.
No puede evadirse, siempre está alerta, no consigue desconectar ni pensar claramente, no es dueño de sus pensamientos, si lo fuera, apartaría esos que le dañan.
Quiere a Eda y no la siente... ¿es esto estar muerto? Se pregunta muchas veces. Oye voces pero no las entiende.
Recuerda haber estado en el agua y haber sacado y apoyado en algo que flotaba a Yusuf el piloto y a Maya, la azafata porque se hundían, no pudo encontrar a Murat el copiloto, espera que saliera por otro lado.
Lo peor fue la noche que pasó a la intemperie, la pierna le dolía mucho pero debajo del agua no pudo ver si estaba herido o no.
Recuerda cuando un carguero les sacó del agua, a él el ultimo porque pudo ayudar a Maya y a Yusuf y pidió que buscaran a Murat.
Su cabeza dolía horrores ya en el agua, no era capaz de saber el tiempo que había pasado desde el accidente pues la notaba entumecida y dejó de correr el tiempo cuando pudo darles las gracias a los marineros que fueron sus salvadores.
Entiende que no saben quien es porque no llevaría documentación encima y solo puede pensar que este tiempo que se le esta haciendo tan largo sea mucho menos de lo que en su cabeza parece y Eda y su madre no estén sufriendo.
Vuelve la presión en el pecho y los golpes, escucha hablar a alguien pero no los entiende y él sigue sin poder hablar pero de repente es consciente de todos sus huesos, del dolor en el pecho, de la cabeza que le estalla y de algo que no le deja respirar.
Intenta mover una mano y llevársela a la boca porque le falta el aire y nota como se la apartan y le hablan con palabras suaves que no entiende. Siente tanto dolor que sabe que no está muerto pero de repente vuelve a sumirse en ese estado de letargo pero a diferencia de antes siente que puede moverse.
Serkan intenta abrir los ojos pero es un esfuerzo sobrehumano y no puede enfocar la mirada, todo se ve blanco y aséptico, menos mal que el pitido intermitente pero constante le ayuda a centrarse, nota en la mano un botón al que llama en cuanto consigue concentrarse para mandar esa orden a su mano.
En un minuto corren médicos y enfermeras a su alrededor, tocándole pies, manos y su maltrecho cuerpo.
Cuando consigue concentrarse le hacen señas para que no se arranque el tubo de la garganta y antes de que se de cuenta se lo estiran provocándole un dolor tremendo.
