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La cena va mucho mejor que el café... parece que se entienden, pero ella no quiere soñar.
Cuando están con el café, Eda le mira.
¿Que?— pregunta él.
Te esperé tanto... de verdad pensé que no me dejarías marchar... que lo que teníamos era para siempre.... ¿Que pasó?¿porque cambiaste tanto? De soñar con una familia, una casa, menos trabajo... de un día para otro decidiste que el trabajo volvía a ser tu centro... ¿que te hice?— pregunta Eda de repente.
Serkan mira al mar.— estaba aterrorizado.
¿De mi? Nunca te pedí nada Serkan... cuando firmamos el contrato esperé a que me quisieras.... Cuando volviste con Selin.... Esperé a que la dejaras y me recordaras....esperé a tu lado a que te curaras.... Y me echaste...— dice ella con lágrimas en los ojos.— ¿que te hice?
Convertirte en todo lo que yo quería y deseaba...ser mi día y mi noche... mi norte y mi sur... mi frio y mi calor.... — dice Serkan
Los dos sabemos que me echaste... fuimos civilizados pero fuiste tu el que me empujó fuera... el último día que nos vimos habíamos hecho el amor Serkan... te juro que pienso que nunca pusimos tanto como en ese día... o lo puse yo... siempre me supo a despedida... nunca volveremos a sentir tanto como sentimos ese día...— dice Eda.— te levantaste de la cama y me preguntaste si necesitaba ayuda para empacar mis cosas...— dice Eda.— ni en eso te llevé la contraria... tu si eras mi mundo Serkan. Ahora eso ha cambiado.
¿Eres feliz?— le pregunta él.— quien sea que ocupa tu corazón ahora, ¿te dio todo lo que querías?
Si, soy feliz hasta donde puedo...— dice ella mirando al mar.
Serkan cree que ella ha oido como se rompía su corazón y mira también al mar.
Tu. ¿Eres feliz?— pregunta ella — echándome, ¿conseguiste ser feliz?
¿Quieres que paseemos por la playa....? A lo mejor es mas fácil hablar de esa forma.— dice Serkan.
Nunca fuiste un cobarde...— dice Eda.
No soy feliz. Sabia que era imposible que lo fuera cuando te dejé marchar.—dice Serkan.
Ella serie, con ganas...—vaya... esa es una perspectiva que no había pensado nunca.... No me dejaste marchar Serkan. Me echaste de tu vida y no se había enfriado nuestra cama... Me echaste. Que me dejaste ir.... Me señalaste el camino a la puerta, me gritaste... me hiciste pensar que no me querías, que nunca me habías querido... Ayer te arrepentías de haberme dejado entrar en tu vida... — dice ella con lágrimas en los ojos. — nunca, escúchame bien Serkan, nunca me arrepentiré de haberte dejado entrar en mi vida... nunca me arrepentiré de haberte amado como lo hice. Nunca. No me arrepiento ni de un solo segundo pasado a tu lado. Nunca Serkan.
Nunca fuiste tu Eda... Fui yo...— dice Serkan.— no.... No puedo quedarme aquí... por favor caminemos...— dice poniéndose de pie.— por favor.— repite cogiendo el chal que hay en la silla.
