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Serkan no puede recordar otra noche en su vida en la que se lo haya pasado mejor. Tenia planeada esa excursión desde que supo que tenían que ir a Antalia, era su escape, sus dos pasiones, la arquitectura y las estrellas. Ella solo tuvo que mirarle una vez, y cayó con todo, la llevó con él. Y disfrutaron de la visión del templo de Apolo los dos con el mismo espíritu. Y él disfrutó de la lluvia de estrellas como nunca lo había hecho.
Siempre pensó que pedir un deseo era una pérdida de tiempo, cuando era niño, el último deseo que pidió fue para que Alp se curara. Aunque Eda le convenció de algo, no podía pedir deseos para otras personas porque a lo mejor no coincidían con los nuestros, ahora volviendo de la cascada no puede dejar de pensar que a lo mejor el deseo de Alp era acabar con todo de una vez y fue mas fuerte que el suyo de que se quedara.
La lleva delante de vuelta, no se calla, da dos pasos al derecho y se gira para mirarle y decirle algo, da igual lo que sea. Le ha enseñado el nombre de mil arboles y plantas, muchos ni los recordará.
Serkan no puede dejar de sonreír, el momento en la cascada ha sido mágico, han llegado justo cuando el sol se decidía a aparecer, solo se oían los sonidos de la naturaleza, y después de atreverse a pedir un deseo a una estrella le parecía mentira tenerlo con él aunque solo fuera un rato.
Nunca va a poderle decir que no, esta noche se ha dado cuenta de que ya ha perdido el corazón del todo, no hay razón que valga ni ley que lo impida. Esta loca e irremediablemente enamorado de Eda Yildiz.
De repente se para, sin darse cuenta Eda avanza unos pasos hasta que vuelve a girarse y lo ve, con los ojos como platos mirándola a ella.
Serkan.... Serkan — dice ella mirándose los hombros y la ropa, tocándose la cabeza — Serkan si es un bicho quítamelo, no lo mates por Dios, pero quítamelo ya. ¡Serkan! — le grita.
¿Que bicho? — le pregunta volviendo en si.
¿Que mirabas? He pensado que tenia una serpiente o un tiranosaurios Rex por la cara de horror que has puesto. ¿Seguro que no tengo nada? — le pregunta
¿Cara de horror?¿yo?¿Porque? — le pregunta.
Serkan... ¿estás bien? — le sonríe Eda y le dice mientras mueve la mano delante de su cara... — ¿Serkan?
