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Después de haber puesto su rosa en agua, se quedó en su habitación, le habían dado la noticia de que el asunto fue un poco más del reino y mañana vendrían más reinos, y a consecuencia de esto, Clay y su padre debían quedarse en el castillo.

George no se quejó, ni siquiera el hecho de que Clay pudiera estar con él más tiempo para "intentar enamorarlo" le molestó, porque George nunca se enamoraría de él ¿Cierto?

「 ♡ 」

El día siguiente, George se levantó sin muchas ganas al recordar que ese día tendrían visitas y si el problema no se arreglaba tendrían su casa llena de príncipes y reyes, cosa que en parte le molestaba, pero le hacía sentir acompañado.

El chico se vistió, como de costumbre, con un traje de sus tantos y su corona que le daba el título de príncipe, se sentía algo raro pues no era lo que vestía en un día común, pero tenía que hacerlo.

Salió de su habitación hasta caminar al salón, donde había algunos reyes junto a sus descendientes hablando con su padre, observandolos de lejos preparándose mentalmente para ir con ellos.

—No sabia que solías vigilar a tus invitados antes de saludarlos. — Una voz lo hizo salir de sus pensamientos dando vuelta inmediatamente, encontrándose con Wilbur, George solo le dio un pequeño empujón haciendo que el mayor riera.

—¿Que haces aquí? Deberías estar allá.

—¿Para que me vigiles? No, gracias. — Bromeó, el contrario solo rodó los ojos. —Yo no seré rey, no me incumben esos asuntos. Además, la reina me dijo que viniera a buscarte.

El menor solo bufó dirigiéndose a donde estaban los reyes, Wilbur río mientras empezaba a caminar siguiendo a George.

—Buenos días. — Saludó generalmente recibiendo la atención de tanto reyes como príncipes, cosa que le incomodó un poco.

Después de una pequeña y aburrida charla entre "¿Como está?" "Bien ¿Usted?" "Igual" entre varios de los presentes, se retiró de ahí, el asunto que manejaban era realmente aburrido y absurdo, pero si hacían algo mal podrían causar algo así como una guerra.

Había varios visitantes rodando en el jardín, como Wilbur, Tommy, Niki (Futura reina de un reino vecino) e incluso los príncipes Ranboo y Tubbo, quienes ya tenían planeado una boda juntos. Después de un tiempo llegaron los tres reyes, Sapnap, Karl y Quackity.

¿Que hacían futuros reyes ahí? Lo mismo se preguntaba George pues su experiencia era nula y no ayudarían mucho a ese problema.

Parecía algún parque de diversiones, los padres hablando de cosas de adultos mientras los niños jugaban sin supervision alguna. George soltó una pequeña risa ante ese pensamiento e imagen mental.

El castaño veía todo desde la entrada al jardín, algunos jugando, charlando y riendo, este último era por Sapnap y Clay, pues hablaban y a poco rato estallaban a carcajadas, no eran tan altas pero si sobresalientes.

George soltó un suspiro frustrado, los adultos tenían que resolver sus problemas mientras él tenía que cuidar a sus niños en el parque de diversiones, al ver que nadie ocupaba ayuda o atención, decidió irse, dirigiéndose a su habitación pues le parecía más interesante.

El silencio y la paz fueron presentes cuando se encerró, pero fue interrumpido en pocos minutos, soltó un suspiro antes de abrir la puerta.

—¿Clay? ¿Necesitas algo? — Le preguntó cuando lo vio parado frente a su puerta.

—¿Puedo pasar? — George realmente pensó si sería buena idea, pero al final se hizo a un lado para dejarlo pasar.

—¿Ocurre algo? — Preguntó nuevamente George cerrado la puerta del dormitorio.

—No realmente. —El rubio soltó una pequeña risa, haciendo que George se confundiera más.

George decidió no darle mucha importancia a la razón por la cuál él estaba ahí, se sentó en su cama esperando el siguiente movimiento del rubio, este observó la habitación para después pasar su mirada a George, ambos se miraron, esperando algo del otro.

—¿Qué? — Preguntó George por el silencio tan incómodo que se había formado.

—¿Esperas que diga algo?

George rodó los ojos, Clay solo sonrió.

—Solo quería hablar contigo, pero no te encontré así que supuse que estabas aquí.

El menor se levantó para pararse delante del rubio, este lo observó cada movimiento con la misma sonrisa.

—Me seguiste. — Respondió George, como si hubiera leído su pensamiento. —Además, ¿Desde cuando me hablas de "tú"?

—Desde que tu empezaste. — El menor se cruzó de brazos. —Oh, vamos, George, ya nos hemos acercado lo suficiente para seguir con las formalidades.

George lo miró con cara confundida, Clay rodeó los ojos, no creía que el chico fuera tan distraído como para no saber que eran la misma persona, sin decir nada, se acercó a el castaño, haciendo que este de pasos hacia atrás.

—¿Nunca te diste cuenta? — Dijo mientras George sentía su espalda recargarse en una pared. —Pensaba que eras más astuto.

—¿De que hablas?

—Espero te acuerdes de esto.

Clay se acercó a él, tomó la mano del menor y la puso en su propio pecho. Después de dejarla ahí, con una mano lo sujetó de la cintura y con la otra le tomó la mejilla.

—Clay, esto es ridículo. — Mencionó George actuando como si eso no le hiciera algún efecto aunque por dentro moría de nervios.

—Entonces, ¿Por qué esa noche me dejaste tocarte? ¿Realmente no sabías quien era?

El mayor hizo que ambos se vieran, estaban a pocos centímetros, George sentía nervios, los mismos nervios que había sentido en la fiesta con aquel extraño.

Ahí fue cuando el bobo de George entendió todo.

La expresión de sorpresa y los nervios de George dejó a entender que el castaño al fin había atado cabos. El mayor empezó a dejar besos por la comisura de los labios del menor.

Clay tocaba sus puntos más débiles de George por su falta de experiencia en algo tan placentero como algunos besos y caricias, cosas que George no podía negarse por las nuevas emociones que ahora sentía.

La corona [DreamNotFound] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora