16

1.1K 182 82
                                    

Después de arreglarse y ponerse una ropa decente bajó hasta el comedor, donde estaban sus padres y los dos invitados, que, aunque no le molestaba, no sabía porque seguían ahí.

Tomó asiento en una de los asientos de ahí, su padre lo miró con una ligera sonrisa.

—¿Te sientes mejor?

El menor asintió con la cabeza acompañado de una sonrisa en su rostro, poco después el desayuno fue servido.

Empezaron a comer en silencio, aunque nadie haya hecho un sonido, el ambiente era agradable.

—George, pensamos tu madre y yo que sería buena idea si vas hoy al pueblo.

George al escuchar eso claramente se emocionó, cada que lo llevaban de pequeño le hacía sentir bien si podía ayudar a alguien en el camino, además de la calidez con la que el pueblo lo recibía.

—Claro que si.

Se levantó de su asiento, pues ya había acabado su alimento, y después de una reverencia se fue de aquel lugar para prepararse para la salida.

Mientras se peinaba frente a su espejo escuchó la puerta, después vio a la reina entrar y acercarse a él.

—Que lindo eres. — Acomodó un poco el cabello de su hijo, George le sonrió con ternura. —Deberías invitar a Clay, el nunca ha visto tú gente.

"Tú gente" esas palabras sonaron muy bonito en la cabeza de George, la gente que iría a ver en un tiempo será la gente que cuidará.

—Si, lo haré. — Le respondió en cuanto al tema de Clay.

La reina acomodó el traje de su hijo como último, salió de la habitación no sin antes haberle dado una sonrisa.

Su traje era formal, antes solía ir menos arreglado pero hacía mucho tiempo que no había ido con ellos. Aunque el chico no solía salir, lo recordaban en el pueblo con mucho cariño.

Salió de su habitación en busca de Clay, lo busco por un rato hasta que lo encontró en el jardín. Se acercó a él, este lo veía con una sonrisa.

—¡Clay!

—George. — Le respondió de vuelta mientras el menor quedaba frente a él. —Te ves muy bien.

Lo tomó de la mejilla y le dio un pequeño beso en esta, George soltó una pequeña risa.

—Clay. — Tomó la mano del rubio con emoción, este se alejó un poco para escucharlo. —¿Quieres acompañarme a visitar al pueblo?

Le tomó un poco por sorpresa pero aceptó asintiendo con la cabeza, George lo miró con una sonrisa en el rostro, Clay no sabía porque le emocionaba al menor, pero le hacía feliz verlo así.

Después de un rato ambos se dirigieron al pueblo, al abrir las puertas de los muros había un pequeño camino de piedras antes de llegar a las primeras casas.

Al caminar se podía percibir un ambiente de calidez, George a lo lejos pudo escuchar como un niño gritaba "¡El príncipe está llegando!" cosa que empezó a juntar a la gente.

Clay observaba todo a lado de George, miraba con una sonrisa como la gente recibía a su príncipe con felicidad, pero fue interrumpido por George, quien le tomó del brazo.

—Uhm.. Clay. — El mayor volteó a mirarlo prestandole atención. —Deberíamos regresar, hace mucho tiempo no salía, deben estar enfadados o tal vez-...

—¿Estas nervioso? — Lo interrumpió Clay, George alzó su mirada asintiendo con su cabeza. —George, es tu pueblo, no puedes darle la espalda.

George se sintió mal por no querer ver a su gente, Clay lo notó, puso su mano en el hombro de George como consuelo.

—Ellos no están enfadados, están felices de que hayas vuelto. Aunque pasen días, meses, años sin visitarlos, igual te esperarán.

George miró al pueblo, quienes lo esperaban en la entrada, sabía que Clay tenía razón, pero igualmente seguía sintiéndose nervioso.

Empezó a caminar nuevamente, Clay lo siguió con una pequeña sonrisa, nunca era fácil ver a la gente que está a tu cargo, pero definitivamente ellos hacen más fácil su obligación.

Cuando llegaron, George paró en la entrada, viendo a la gente, claramente no sabía que hacer.

Iba a empezar a hablar para saludar, pero un jaloneo en su traje lo interrumpió, bajó la mirada para ver a una pequeña niña que lo estaba llamando.

George se agacho a su altura, la niña lo miró curiosa mientras George tenía una sonrisa en su rostro aunque también curiosidad por ver a la niña.

—Toma. — Dijo la niña mientras le daba una pequeña flor al príncipe, este la aceptó.

—Muchas gracias pequeña. — La pequeña le sonrió.

Otros pequeños niños se acercaron, algunos le dieron más florecitas y otros solo saludaron, George hablaba con ellos con mucha felicidad.

Clay miraba aquella pequeña escena, le parecía tierna. Observó como un niño le preguntaba algo a George y este asentía mientras se levantaba, los niños lo tomaron de la mano y lo guiaron dentro del pueblo. La gente se emocionó y empezó a sonreír, tener al príncipe ahí era algo que agradecian demasiado.

Clay después de aquella escena, trató de buscar a George con la mirada, pero ya no lo veía. Iba a empezar a caminar pero unos niños llegaron, eran tres de los que se habían llevado a George.

—¿Usted es el príncipe Clay? — Preguntó uno de los niños, Clay asintió.

—Si ¿Por qué?

—El príncipe George dijo que lo buscaramos. — Habló ahora una niña.

—¿Ustedes son novios? — Preguntó el último niño, Clay sacó una pequeña risa.

—No, no lo somos.

Los dos niños sacaron un sonido de decepción, la niña solo tomó a Clay de la mano mientras lo dirigía a donde estaba George.

Al llegar lo vio en lo que parecía una pequeña plaza con una fuente en el centro, George estaba sentado ahí mientras jugaba con flores junto con otros niños.

Clay se quedó un momento admirandolo de lejos, era otra cara que no había visto de George, era tierna pero a la vez reflejaba felicidad.

Otro jaloneo lo hizo volver a la realidad, los niños lo miraban con sospecha.

—Él te gusta ¿Cierto?

Clay no supo que decir, solo soltó otra risa pero ahora con un poco de nerviosismo. Claramente no le podía mentir a los niños.

La corona [DreamNotFound] Where stories live. Discover now