La corona [DreamNotFound]

35

Al día siguiente, George se encontraba en un escritorio que estaba en la habitación que le habían dado, escribía una carta para sus padres, los cuales tendrían que ir hasta allá si querían ver a su hijo casarse.

Cuando acabó la leyó otra vez, estando seguro de sus palabras, decidió guardarla en un sobre y mandarla.

Caminó por el castillo hasta que encontró al mayordomo, este le dijo que la carta le llegaría a sus padres en ese mismo día, George agradeció.

Cuando todo estuvo listo, solo quedaba esperar a que recibieran bien la carta, sabía que llegaría el mismo día en que la envío.

El clima era hermoso, no era tan caluroso pero tampoco hacia frío, George amaba eso.

Se quedó en la puerta viendo los colores azules que pintaban el cielo, pero sintió unas manos en su cintura rodeándolo, en seguida supo quien era, así que no se asustó.

—¿Ya enviaste la carta? — Preguntó el rubio, George asintió.

—Mhm.

—¿Crees que quieran venir?

—Mi padre tenía mucho trabajo cuando me fui, pero espero que ya haya acabado.

—Seguro tenía algo que ver con mi padre, también tenía mucho trabajo, pero acabó.

—Deben de venir, no hay nadie más que me pueda hacer rey si no es mi padre.

—Claro. — Puso su cara en el hombro del menor. —Aparte, su único hijo se casa, deben estar felices.

—Eso creo.

Clay le dio un beso en su mejilla, después se separó un poco, George se dio la media vuelta para darle un beso ahora en los labios.

Ambos eran felices, Clay amaba a George y este lo sabía, no tenía duda de ello.

『♡』

Después de unas horas George esperaba impaciente una respuesta de sus padres, los viajes entre los reinos no pasaban de dos horas, con suerte el mismo día, en la noche llegaba una respuesta.

George se encontraba en una donde había de todo, una pequeña estantería de libros, juegos de ajedrez, varios instrumentos y algunos lienzos para pintar.

El chico no podía con sus ansias, así que decidió que sería buena idea de hacer algo mientras pasaba el rato ahí.

Clay tenía que hablar algunas cosas con su padre, así que no estaba ahí con él y no sabía cuánto iba a tardar.

George se sentó en el pequeño asiento que había frente al piano, no solía tocarlo mucho, pero tenía una gran habilidad y recordaba que Wilbur le enseñaba.

Tocó unas notas para después posicionar sus dedos en las teclas, dio un suspiro para después empezar a tocar, tocaba suavemente y lento, tenía que familiarizarse con el piano de nuevo.

Después de un tiempo, en el pasillo se escuchaba la melodía que tocaba George, un sonido tan maravilloso que se sentía como si estuvieras en las nubes.

Cuando acabó, dio un suspiro cerrando los ojos, mientras tocaba recordaba toda su niñez y todos los momentos que lo llevaron hasta donde estaba ahora, pero una voz lo distrajo.

—Wow, no sabía que tocabas así.

George se espantó, dando la vuelta casi inmediatamente, encontrándose a Clay en la puerta de la habitación.

—Oh, es solo-.. ¿Cuanto tiempo llevas ahí?

—Lo suficiente. — El rubio se acercó mientras le ofrecía un sobre a George. —Es para ti.

George la tomó agradeciéndole, Clay quedo a lado del piano.

—No sabia que nuestro servicio de mensajería era tan rápido, una respuesta en el mismo día, asombroso.

—Lo sé, pero tampoco estamos tan lejos.

George abrió la carta, la leyó mientras Clay esperaba que George le dijera algo, mientras esperaba tomó el violín y empezó a afinarlo.

—Dicen que están felices y que vendrán aquí mañana para preparar la boda. — George miró a Clay en una respuesta, este le sonrió.

—Perfecto.

George guardó la carta, ahora estaba nervioso por las abrumadoras preguntas de mañana, Clay lo notó.

—Hey ¿Te gustan los duetos?

George lo miró con una sonrisa mientras veia como Clay se preparaba con el violín.

—Claro.

Y como si ambos hubieran sido hechos para eso, empezaron a tocar la misma melodía que George estaba tocando anteriormente, solo que ahora acompañado con un hermoso sonido de violín.

La canción que interpretaban era perfecta, ambos sabían tocar sus instrumentos haciendo que la combinación sea mucho más linda.