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Faltaba un día para la fiesta, George se encontraba viendo como preparaban todo, el salón de baile, los pasillos, cada habitación, incluso le habían prohibido ir al comedor después de comer pues lo estaban adornando.

George soltó un suspiro nervioso, tratando de relajarse, aunque no fuera su fiesta, vendría mucha gente y eso le hacía sentirse nervioso.

Trato de olvidarse de eso y fue a su árbol, era lo único que no adornaban, a esas horas de la noche todo estaba oscuro y lo alejado que estaba el árbol de el castillo hacían que no tuviera mucha luz, cosa que a George le encantaba.

Se recargo en el tronco, observando el castillo, estaba iluminado con una luz cálida amarilla que salía levemente por las cortinas mal cerradas, aunque eso hacía parecer al castillo como si estuviera brillando.

Se observaban las sombras apresuradas caminando de un lado a otro, se sentía inútil al no ayudar en las decoraciones como antes lo dejaban, de pequeño podía decidir los colores de algunas cosas, aunque algunas veces el salón quedaba algo gracioso, nunca lo regañaron.

Empezó a pensar en lo grande que ahora estaba, tenía 21 años y todavía no tenía planes para su futuro, lo único que tenía confirmado era su "perfecto" reinado.

Aunque nunca se le dificultaron las negociaciones, no le gustaban hacerlas por lo que nunca creyeron que era bueno para mantener un reino entero aunque podría tener buen potencial.

Desgraciadamente o afortunadamente, fue el único hijo, el único príncipe heredero que tendrá que gobernar uno de los pueblos más poderosos.

"Él solo no podria" "No podrá mantenerlos" Y ¡ta-daa! el mejor plan que se les ocurrió fue el matrimonio.

Desde pequeño lo sabía, sabía que su único futuro confirmado era el reinado perfecto, pero resultó ser el matrimonio perfecto.

『 ♡ 』

Después de un rato, algunas luces del castillo se estaban apagando, eso significa que ya todos irían a dormir, George soltó un suspiro cansado, mañana sería la fiesta, lo que también significaba quedarse hasta tarde y no poder dormir.

Caminó hasta el castillo, observó lo bien limpiado que estaba todo, solo entrar y encontrabas dos escaleras laterales que te guiaban al salón y a los tronos, para ambos lados había una tela en el suelo que guiaban a las personas.

Siguió avanzando hasta las habitaciones, que también estaban en el segundo piso solo más alejado. Al entrar a su cuarto sintió un aroma nuevo, aparte de que habían limpiado su cuarto, olía a flores.

En su cama, pudo observar que había un ramo de flores, no sabía cuando las habían traído, pero no le importó. Las tomó mirándolas y observando lo lindas que eran, notó que había una pequeña nota entre las flores, sintió un cosquilleo en el estómago cuando la leyó.

"Nos vemos mañana. —:)"

Ese chico estaba loco. Dos días sin verse y le mandaba flores, quizá lo extrañaba.

George rodó los ojos con una sonrisa ilusionada en el rostro, pensó en dejar las flores en su mesita de noche pero negó con la cabeza, para después ir al comedor a buscar algo donde poder hidratarlas.

Después de un rato, las puso en su mesa de noche, pero ahora con agua asegurándose de que no se marchitaran pronto, le sonrió por última vez a las flores para después acomodarse y dormir, ya no tenía tantos nervios, ahora tenia emoción por volver a ver a Clay.

『♡』

Sonó la puerta de su habitación por décima vez, había intentado ignorarla pero no paraban, se levantó de mala gana y después de tratar de ubicarse, abrió la puerta, encontrándose con la reina y algunas trabajadoras.

—¿Te acabas de levantar? Oh, dios.

No le permitió hablar, lo tomó del brazo y lo sacó de su habitación, mientras lo llevababa a una diferente algunas trabajadoras entraban al suyo para arreglarlo.

La reina le ayudó a arreglarse después de que se duchara, ahora se encontraba arriba de una plataforma mientras trabajadoras le perfeccionaban el traje.

—¿Estas seguro que no te queda grande? Todavía se te ve-

—Esta bien, mamá. — Interrumpió George al ser la milésima vez que su madre se preocupaba. —¿Por qué tanta importancia en como me presento? Ni en la fiesta de máscaras me ayudaron tanto.

La reina soltó una sonrisa mientras tomaba la corona que le pertenecía a George y se acercaba a él, este bajó de la plataforma.

—Los reinos más cercanos vendrán, tienes que relucir.

Le puso con delicadeza su corona mientras George agachaba la cabeza, la reina observó con una sonrisa orgullosa a su hijo.

—Vamos, tu padre dijo que te quería ver.

George asintió con la cabeza, empezaron a caminar por el pasillo, a George le traía nervios ver que quería su padre, no solía llamarlo, a menos que sea para presionarlo en el matrimonio.

—Mamá. — Habló George, la reina lo miró prestandole atención. —¿Crees que Clay y yo vamos muy rápido? — La reina sacó una pequeña sonrisa.

—Yo diría que van muy lento.

George se sorprendió, pero así eran las cosas ahí, no solia haber romances solo matrimonios.

Siguieron caminando hasta que llegaron a la habitación donde estaba el rey, una sala de estar, ambos entraron pues la reina sabía que George estaba nervioso, cuando abrieron la puerta ahí estaba el rey, se dió la vuelta y caminó hacia su hijo.

—¡Hijo mio! — Exclamó al verlo. —Que presentable estas. — George le dedico una sonrisa. —Que orgulloso estoy de ti.

Las palabras de su padre lo sorprendieron, pero se lo tomó a buena manera, el rey le abrió los brazos y George lo abrazó, hace mucho no sentía un abrazo de él y lo hacía feliz.

La corona [DreamNotFound] حيث تعيش القصص. اكتشف الآن