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El rubio se agachó a los niños, haciéndoles una seña de que se acerquen, estos obedecieron.

—Tal vez si me guste un poco el príncipe. — Los niños se sorprendieron. —Pero no le digan a George ¿Está bien?

Los niños asintieron, después corrieron hacia los demás niños que estaban con George, cuando llegaron empezaron a decirles algo al oído, así siguieron hasta que todos los niños ya sabían, George solo los miraba confundido.

Al final los niños cumplieron su promesa, los niños sabía que a Clay le atraía George, pero George no sabía.

Clay se sentó a lado de George, este le sonrió.

—Perdón por dejarte. — Se disculpó el menor, Clay soltó una pequeña risa.

—Está bien, me alegra que estés feliz.

Clay sacó una flor que estaba en el cabello de George y se la ofreció, George la tomó con una sonrisa.

Las risitas de los niños se pudieron escuchar al presenciar aquella escena, George los miró con curiosidad.

Una pequeña niña le ofreció una flor a Clay, en cuanto la aceptó más niños se acercaron y empezaron a ponerle pequeñas flores en su cabello y hombros, como lo estaban haciendo anteriormente con George.

George miraba la escena con una sonrisa pero un niño lo llamó, con su pequeña mano le dijo que se acerque, el príncipe hizo caso, el niño le susurró.

—¿A usted le gusta el príncipe Clay?

El príncipe se sorprendió con la pregunta, los niños esperaban su respuesta.

—Eh... no lo sé.. — Pasó su mirada a Clay para pedir ayuda, pero él estaba riendo suavemente mientras jugaba con los pequeños.

—No necesita decirnos si no quiere. — Habló una pequeña niña.

—Oh. — Soltó una risita por la niña. — No es eso, es solo que yo tampoco lo sé.

Los niños lo miraron confundido, George les sonrió.

—El amor es difícil, entenderán cuando sean mayores.

Los niños le sonrieron mientras traían más flores y empezaban a hacer lo mismo que hacían con Clay.

Después de un rato, empezó a oscurecer y algunos padres iban a buscar a sus hijos a la fuente, Clay y George pensaron que habían acabado hasta que una niña llorando los interrumpió, se había perdido y tenía miedo.

George la tranquilizó mientras Clay iba a buscar a los responsables de la pequeña, pero no encontró a nadie, solo regresó con un cuento de hadas.

La niña se quedó dormida en los brazos de Clay mientras le leía el cuento, al rato llegó la mamá. Los príncipes la acompañaron hasta su casa.

—Hasta luego. — Se despidió de la señora mientras ella cerraba la puerta, después se dirigió a George. —Listo, todos los niños con sus familias. — George soltó una risita.

—Eres bueno con los niños. — Habló con una sonrisa en su rostro.

—Yo soy bueno en todo. — Empezó a caminar, George se quedó un momento preguntándose si esa frase tenía doble sentido, después alcanzó a Clay.

—¿A donde vas? — El castaño preguntó al notar que no se dirigía al castillo.

—¿Quieres volver al castillo? — Le respondió con otra pregunta, George no contestó.

Llegaron hasta lo que parecía un río, había peces pasando y un pequeño tronco que ocuparon para sentarse, ambos, George observaba a los peces mientras Clay estaba pensativo, perdido en algún punto, aunque después de un rato empezó a hablar.

—George. — Al llamarlo el castaño pasó su mirada a él. —En menos de dos semana me voy del castillo. — Soltó el rubio, eso era lo que tenía su mente tan ocupada.

George no tenía muy claro el porqué le había dicho, pero tenía una idea de que podría ser por la propuesta que le hizo y esperaba una respuesta, aunque la tenia decidida, igual le traía nervios.

—Mi padre dijo que le invitaron a celebrar su cumpleaños aquí, después de la fiesta nos iremos. — Habló nuevamente, miró al menor con una pequeña sonrisa, aunque está no transmitía felicidad, pues alejarse de George no era algo que deseaba.

—Uh.. Clay, sobre tu propuest..-

—¿Qué? Oh dios, deja de preocuparte por eso. — Interrumpió el mayor mientras rodeaba sus ojos y pasaba su mirada al río. —Solo... mándame cartas de vez en cuando, también espero que algún día me visites.

El rubio ya había dado por perdida aquella propuesta, ya no le importaba.

—Te llevaría a un bosque, veo que te gusta mucho los árboles-...

—Clay. — Llamó el menor pero este el rubio lo ignoró.

—Hay un lago, pero ahí no hay pe-..

Fue interrumpido por George que al ser ignorado, tapó la boca del mayor con su mano, soltando una risa.

—Oh dios, Clay, eres muy terco. — Habló entre risas aun con su mano en la boca del contrario, este solo lo miraba sorprendido. —Acepto tu propuesta, quiero tener algo serio contigo, casarme.

El menor quitó su mano dudoso ante esa última palabra que había salido sin querer, Clay se quedó un momento tratando de analizar todo. Después de un rato miró a George con felicidad y lanzarse a abrazarlo.

—¡George! ¡No pensaba que aceptarías! — Habló separándose tomándolo de los brazos, el castaño solo reía. —¡No te vas a arrepentir, te lo prometo!

Finalmente se unieron en un abrazo otra vez, George finalmente había dejado su miedo para poder tener algo con Clay, este, aunque su "plan" este yendo bien, eso era lo que menos le importaba.

Realmente le hacía feliz.

La corona [DreamNotFound] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora