Estrella: La Propuesta.

73 10 0
                                    

Ver a Tristan alejarse me resulta doloroso, todavía no quería que se fuese; nos faltaban muchas cosas de que hablar y ahora tendré que resolvérmela para crear una línea segura para escribirle. Mis padres, Lina y yo entramos de nuevo al castillo; mis padres se devuelven al lado oeste con Lina mientras que yo me devuelvo a mi habitación para despertar a mi escuadrón, sin embargo, mis planes se frustran porque ya no puedo moverme y me quedo inmóvil.

—Te fui a buscar a tu cuarto y no estabas —mi señora Laila pasa a un lado de mí—. Así que pensé que estarías con tus amiguitos de armas.

—¿Qué es lo que quiere de mí? —pregunto enojada. Ella se para al frente dándome la cara.

—Ya tu hermana está encaminada a mis deseos —ella ladea un poco la cabeza—. Tu hermano está en proceso —ella tuerce los ojos—. Y ahora me faltas tú.

—Mi padre y yo tenemos un... —intento terminar la oración, pero ella me pone su dedo en mis labios.

—No hables querida, ese plan se terminó —ella chasquea los dedos y me toma del brazo, ya puedo sentir mis extremidades—. Ahora te toca obedecer a mis deseos.

—Estoy bien donde estoy —ella me obliga a caminar con ella.

—No lo dudo —ella tiene la vista al frente—. Perseguir ladrones, estafadores, entre otra escoria que tu amado maestro te ordene hacer, pagándote un sueldo de mierda a ti y tus amigos, no tener ni si quiera una choza en la cual vivir. Es mil veces mejor una vida de mediocridad que servirme y tener en bandeja de plata lo que por derecho te corresponde —ella dirige su mirada implacable a mí—. Supongo que la mediocridad es algo que provenga de la familia de tu madre.

Me suelto de ella.

—No le voy a permitir que hable mal de mi madre —exclamo rabiosa, no me importa si es mi señora.

—Es lindo esa pasión, lástima que la desperdicies de una forma tan decepcionante —ella se lamenta.

—Porque no cumpla su voluntad, no significa que soy un fracaso o algo por el estilo —le recrimino.

—Eres una Godness, la segunda hija de un dios poderoso. Tienes la oportunidad de convertirte el alguien importante y poderosa ¿y lo echas todo a la basura por tu orgullo? —ella vuelve a tomarme del brazo—. No te pido que me vendas tu alma, te pido que honres el apellido con el que naciste ¿A caso no crees que tus amigos no aceptarían mi oferta, que no quisieran ser alguien importante? Estrella, naciste para ser alguien importante, una líder, no un seguidor. Y no me refiero a heredar un reino.

—¿Y a qué se refiere exactamente? —ella me conduce a su habitación. La habitación está impecable, con bastante decoración digna de una diosa.

—Siéntate —ella señala una pequeña mesa de una madera bastante oscura. Obedezco y ella se sienta al frente de mí—. Tu madre le comentó a tu padre, y tu padre a mí sobre tus deseos de superación.

—Por mis propios logros, no porque tenga un apellido ya tendré todo en bandeja de plata —confieso enojada

—¿Y quién dice que, aunque tengas un apellido poderoso no tendrás obstáculos? —ella alza una ceja—. Te puede abrir puertas, pero no todas las puertas se podrán abrir porque un hijo de perra te la tendrá cerrada hasta que encuentres otra forma de entrar y matarlo —ella alza los brazos exasperada—. Un ejemplo cercano; tu hermano tiene un apellido poderoso y aun así no logra ser rey.

—Porque el actual está vivo —aclaro.

—Exacto —ella me mira frenética—. Mira querida, está oportunidad solo se te presentará una sola vez porque cuando te des cuenta que por tener un apellido poderoso no se te abrirán todas las puertas, allí tus padres y yo no vamos a mover ni un solo dedo por ti, y te quedarás reducida a una caza recompensas por el resto de tus días.

El Ascenso De Un Imperio [III libro de la saga Dioses Universales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora