Lina: Tal Vez Esté Mejor Sola.

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Solo falta dos semanas para mi coronación. Dos semanas donde pasaré a ser una de las mujeres más poderosas del universo, incluso más que mi propia madre. Estoy aterrada de no saber si estoy a la altura para el cargo. Sé que me han preparado casi toda mi vida para esto, para gobernar, para ser la poderosa, grandiosa y perfecta Lina. Pero ¿qué pasaría si descubrieran que no soy perfecta? Soy grandiosa; poderosa lo sé de sobra, pero perfecta no soy.

 Pero algunos dirán: Lina si posees una belleza sinigual, posees unos dones mágicos y exuberantes, eres alguien tan lista y provienes de una buena familia ¿por qué estás tan insegura? Empecemos con la belleza; soy linda, me parezco más a mi madre en el color de cabello, tengo su magnífico cuerpo, tengo rasgos bastantes bien parecidos. Y lo que poseo de mi padre son sus ojos y su pésimo carácter; y esto desencadenan el siguiente punto. Poseo un poder maravilloso, pero con el más mínimo cambio de humor, soy capaz de provocar una tormenta eléctrica y terremotos incluidos; y eso mezclado a la volatilidad de mi persona, no sería lo más adecuado. Si soy lista, pero a las personas no les gusta que seas tan lista porque eso significa que no eres fácil de manipular. Y de buena familia, solo dejaremos que son los dioses que controlan el universo, aunque con graves problemas de comunicación entre ellos, eso sí.

 En fin, soy lo que considerarían una gran mujer, pero no siento que sea suficiente. Desde que mis padres me enviaron con mis abuelos Kenan y Eva para controlar mis poderes cuando tenía doce años. Mi padre sabía que no podía controlarme, sabía los problemas que causaba. Pero la gota que derramó el vaso de la paciencia y cordura de mi padre fue cuando por primera vez en toda la historia del reino vulcano, fue consumido por gruesas nubes negras y eléctricas.

 Ese día no estaba de buen humor, no quería hacer nada, solo quería quedarme en mi cuarto a leer un libro de cuentos que me habían regalado por mi cumpleaños. Mi madre me mandó a llamar para ir con ella a su centro, pero yo no quería ir así que me quedé, ella no estaba muy feliz, pero lo aceptó. Mi padre había llegado de un largo viaje desde Solaria con mi hermano Sol, Taurus estaba entrenando, pero mi padre había ordenado que todos sus hijos fueran a recibirlo. Mi hermano Taurus fue obediente y estaba allí, pero yo no. No quería salir de mi cuarto, incluso a mis lecciones académicas no había asistido.

 En fin, mi padre se enteró y fue hecho una furia a mi cuarto. Empezamos a discutir de que ya no quería hacer nada, que lo único que hacía era ir al mar o estar en mi cuarto. Yo no quería escucharlo y salí por la ventana hacia al jardín en forma de agua. Ignoré a mi padre y eso hizo que creciera su ira, y también la mía. El cielo había tomado un tono grisáceo, pero no le di importancia. El ambiente empeora cuando mi padre me ve flotando en medio del estanque con mi tiburón guardián.

—Lina, más te vale por tu bien salir de allí —mi padre me amenaza.

—¿Y si no quiero? —replico pedante. Empiezo a nadar tranquila en el estanque hasta que siento que el agua se empieza a calentar. Salgo del agua y veo que tiene su mano sumergida en el agua, provocando el aumento de temperatura. Los animales que habitan en el estanque se alejan de mi padre y se ponen detrás de mí, ellos no toleran que el agua aumente de temperatura—. Saca la mano, a ellos no les gusta el calor.

—Saco la mano del agua, pero tú te vienes conmigo —mi padre me amenaza.

—Jamás ¿acaso no tienes otros asuntos qué hacer, en vez de estar fastidiando? —protesto enojada, eso acentúa las nubes grises. Pero él aumenta el calor en el agua, los peces me miran suplicantes—. Detente.

 Mis hermanos me observan aterrados. De los tres yo he sido la única que me he atrevido a enfrentar a nuestro padre. Mi padre aumenta la temperatura, sentía ya el agua quemar mi cuerpo y yo lo que hice fue gritar. Y así empezó a caer relámpagos al suelo del castillo, acompañado de un levantamiento del agua del estanque. Mi padre sacó su mano, tomó a mis hermanos y echaron a correr. Tardé en tranquilizarme, algunos peces se asustaron, otros murieron y mi guardián se los comió. El cielo otra vez empezó a obtener la luminosidad que es caracterizado.

El Ascenso De Un Imperio [III libro de la saga Dioses Universales]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin