Epilogo: (Laila) Una Diosa Enojada.

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El mensaje que me envió Cosmo me puso tan furiosa que quebré los vidrios de la oficina que comparto con Seth. He sido paciente con Tristan porque adoro a mi sobrino, pero su imprudencia costará caro. No lo ayudaré más, está claro que el reino sombrío tiene a su rey bien anclado a su trono, y tampoco sería prudente poner un reino tan poderoso en manos de alguien tan inmaduro, irresponsable y poco preparado como Tristan. Es más fácil que consiga tratos mejores con Robert, mejore mi relación y tal vez así tenga control en ese reino.

 Ahora tengo que lidiar con Kenan sobre el embarazo de Lina. La niña adorada de Kenan embarazada de un bastardo. Solo de pensar en el regaño que lanzará, se me quita todas las ganas de ir.

—¿Hay alguien por aquí? —pregunta la voz de mi madre entrando en la sala de estar.

—Por aquí —levanto una mano mientras que la otra sujeta una copa de vino.

—Escuché que destrozaste la oficina de mi hijo —ella toma asiento en el mueble en el que estoy.

—No sería la primera vez —confieso recostándome en su hombro.

—¿Qué sucede? —pregunta quitándome la copa y dejándola en la mesa de al frente.

—Tristan embarazó a Lina, traerán un bastado al mundo y probablemente Kenan mate o deje vivir a esa criatura ¿Quién sabe? —expreso sin emoción, observo la copa fijamente.

—Bueno, sé que ustedes establecieron leyes sobre ese tipo de situaciones —ella acaricia mi cabello—. Ese Tristan, sé lo que sus poderes pueden causar. Lo vi en esa aldea. No es buena idea alejarlo. Un poder así no es bueno en manos equivocadas.

—Ya cayó en manos equivocadas —expreso sínica, ella me sujeta el mentón y me hace que la mire.

—Si yo no me rendí contigo o con Seth y eso que él era... bueno, él —dice recordando los dolores de cabeza que le provocábamos—. Tú tampoco lo harás. Tristan solo necesita un pequeño incentivo y control de sus poderes, y cuando lo logre. Será tan poderoso y controlable para ti.

—Y dicen que soy yo de los planes sin alma —exclamo alejándome de ella—. Solo voy a intervenir una vez —me levanto y busco la jarra del vino con otra copa—. Y si ese mocoso no reacciona, lo daré por perdido.

—Como gustes hija —ella me observa tranquila—. Te tengo dos noticias importantes —me vuelvo a sentar en el mueble—. La primera es, que creo que ya tengo en mente la próxima valquiria.

—Eso es bueno —le entrego una copa de vino—. ¿Y la segunda?

—Estoy embarazada —escupo el vino y la miro atónita—. Me alegro que lo tomes de esa forma. Ahora tenemos mucho de que hablar.

 Asiento enérgica. Ambas conversamos hasta tener un plan de como llevaremos estos embarazos.

 Ambas conversamos hasta tener un plan de como llevaremos estos embarazos

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El Ascenso De Un Imperio [III libro de la saga Dioses Universales]Where stories live. Discover now