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—Y ahí está el héroe del Olimpo —Règine rió—. Te estuve buscando por todo el campamento pero qué estúpida al no buscar primero en el lago a un hijo del dios del mar.

Percy rió y salió del lago, completamente seco pero con el cabello despeinado. Règine admitió en su mente que así se veía más que guapo.

—¿Ya te vas? —preguntó al ver que la chica traía consigo un bolso que se veía repleto de cosas. Ella asintió.

—Sí. Drew me está esperando en la colina pero fue tan amable de esperarme para que me despidiera de ti. —dijo con sarcasmo.

Drew se había ido hace cinco minutos porque no quiso esperarla, lo bueno es que el señor Tanaka intuyó lo que haría ambas chicas —Sí, él ya sabía del romance de su hija con Percy— así que le dijo al chófer Parkinson que no siguiera órdenes de Drew en caso de que quiera dejar a su hermana en el campamento por su impaciencia.

—¿Ya sabes cómo harás para ponerte al día con las clases? —preguntó Règine. Percy suspiró y ayudó a la chica a cargar su pesado bolso.

—Mamá está hablando con la escuela para ver si me dan una segunda oportunidad, se excusó con que tenía varicela.

—¿Varicela por más de seis meses? —preguntó con una sonrisa ladeada.

—Ellos se lo creyeron —ambos chicos se rieron.

Nico se acercó a ambos chicos. Règine lo saludó con un abrazo.

—¿Qué tal, Nico? ¿Siempre te quedarás en el campamento?

El chico asintió.

—Sí —dijo Nico—, como vamos a vernos al menos durante un año en el campamento, creo que debería aclarar las cosas.

La sonrisa de Percy vaciló.

—¿A qué te refieres?

—Durante mucho tiempo estuve enamorado de ti —dijo Nico—. Solo quería que lo supieras.

Percy miró a Nico. Acto seguido miró a Règine, como para asegurarse de que había oído bien pero ella también se encontraba sorprendida. A continuación volvió a mirar a Nico.

—Tú... —Sí —dijo Nico—. Eres una gran persona. Pero ya lo he superado. Me alegro por vosotros, chicos.

—Tú... Entonces ¿quieres decir...?

—Exacto.

—Un momento —dijo Percy—. Entonces ¿quieres decir...?

—Exacto —repitió Nico—. Pero está bien, no pasa nada. Es decir, ahora veo... que eres mono, pero no eres mi tipo.

—Que no soy tu tipo... Un momento. Entonces...

—Sí Percy, sí. Pero cuida bien de Règine sino quieres volver a Tártaro —dijo Nico con un aura amenazante—. Te veo después Règine.

La chica le dio un último abrazo susurrándole al oído que Pase lo que pase, él siempre encontrará un apoyo y un refugio en ella. Seguido de darle un beso en la cabeza.

𝐋𝐄𝐀𝐕𝐈𝐍𝐆 𝐏𝐀𝐑𝐀𝐃𝐈𝐒𝐄, heroes of olympusWhere stories live. Discover now