13.

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Jungkook se despertó con una enorme sonrisa en el rostro. Había dormido de maravilla y el calor corporal de Taehyung le hizo sentir cálido, no podía describirlo pero por alguna razón tenerlo a su lado hizo que su descanso fuese ameno.

El azabache apenas despertó, se dio una ducha y fue escaleras abajo, para pronto comenzar a preparar el desayuno. Mientras lo hacía, recordaba las palabras de su mamá y las memorizaba. Para él, ella era la mujer más dulce y sabia que existía. Su madre le repitió que no inventara fantasías erróneas y paranoicas en vez de disfrutar el presente, que necesitaba cuidar de sí mismo si planeaba estar con alguien más y, así como amaba y tenía como prioridad a su hija, debía hacer lo mismo con sí mismo.

Subió las escaleras tras preparar todo y entró a la habitación, encontrándose a Taehyung de espaldas conversando por celular. Se acercó lentamente y apoyó contra un mueble, mirándolo atentamente.

—Sí... okay... ya lo dijiste. No, Seojoon, no —el castaño suspiró y miró a Jungkook, sonrió y sacudió su mano, como manera de saludarlo. Frunció el ceño—¿Qué dices? Debo irme, voy en un rato.

Taehyung se acercó, sonriendo de oreja a oreja y Jungkook bajó la mirada e imitó el gesto. Verle la sonrisa a Taehyung le hacía cosquillas en el estómago y no podía evitar sonreír junto a él.

—Hey —habló el chico y Jungkook lo miró, mordiendo su labio inferior—. Estás intentando mucho no sonreír, ah.

El pelinegro cubrió su rostro y dejó soltar una risa algo penosa y ronca. Taehyung tomó sus manos y las quitó de su cara. Se inclinó ligeramente y dejó un corto beso sobre sus labios.

—Está el desayuno —dijo Jungkook—. Baja cuando quieras, despertaré a Jihyun. 

Jungkook tocó la puerta del cuatro de su hija y al no oír nada, entró. Ella se encontraba dormida pero el sonido de la puerta la despertó y abrió sus ojos lentamente, sonriendo al ver a su papá frente a ella. Jungkook besó su frente y la pequeña se sentó sobre la cama, estirando sus brazos y piernas.

—Buenos días, ya está el desayuno —murmuró el mayor—. Y adivina quien vino.

—¿Quién?

—Taehyung —susurró, como si fuese un secreto y la niña jadeó, cubriendo su boca y se levantó de la cama—. Ya baja, nosotros vamos a la mesa ¿Sí?

Jihyun asintió y se dirigieron a la cocina, tomados de la mano. Ella se sentó y Jungkook hizo lo mismo, a los pocos segundos Taehyung hizo presencia y nena no dudó en ir a saludarlo con un abrazo, al cual él correspondió.

—Hola, cielo ¿Cómo estás?

—Muy bien.

Taehyung se sentó y le dio un sorbo a su té. Jihyun comenzó a devorar el desayuno, sin prestar atención a los adultos en la mesa y ellos hicieron contacto visual, pero permaneciendo en silencio por un rato. Ambos estaban nerviosos, se sentían como dos adolescentes que nunca en su vida habían experimentado, pero sin embargo no lo eran y no entendían que les pasaba.

—¿Quién te llamó antes? Te veías preocupado —preguntó Jungkook.

—Él era... bueno, mi ex —respondió y Jungkook frunció el ceño—. Me pidió perdón, me dijo que me quería y yo le dije que no y luego iré a buscar sus llaves.

—... ¿Tienes que ir sí o sí?

—Pues... sí.

—Yo te llevo —se apresuró a decir el menor de ambos (por solo dos años) y Taehyung chasqueó la lengua, sonriendo.

—Descuida, estaré bien.

—¿Y si te hace algo?

—No me... —pensó un poco—. Si tú quieres, puedes acompañarme.

—Gracias.

—Y puedes... —Taehyung miró a la niña, que ahora se encontraba bebiendo del vaso de leche que era más grande que su cara. Volvió a mirar a Jungkook—. Puedes venir.

—¿A dónde?

—Pues... ya sabes.

—No, no sé.

—Ay, Jungkook. Puedes venir a mi casa luego de eso —susurró Taehyung, riendo luego y Jungkook soltó un largo "aaaah"—. Podemos estar juntos un rato, pero nosotros.

Jungkook miró a Jihyun y Taehyung negó.

—Nosotros dos, solos, tú y yo, solos. En mi casa, solos.

—... ¿Nosotros dos?

—Sí.

Jungkook se levantó y tomó su celular, miró a Taehyung y cerró su puño, alzando su pulgar y el castaño sonrió.

—Seokjin ¿Estás libre? Te tengo una tarea súper divertida —se oyó a Jungkook mientras se iba de la cocina y Taehyung soltó una risa.

—Taehyungie —habló la niña y él la miró—¿Qué haces en mi casa?

—...¿Oh?

—Me dijeron que es raro que los maestros vayan a casas ¿Por qué tú aquí?

—... Oh, eh... umh... ah.

—¿Qué?

—Es que yo... yo... —tragó saliva—. Soy amigo de tu papá y también vengo a visitarlo a él. 

—¡Oh! —la pequeña cubrió su boca y abrió sus ojos—¿Eres como los amigos de papá?

—Supongo ¿Sí?

—¿Se dan besitos de amor?

—... —Taehyung abrió la boca y Jungkook entró, con una sonrisa satisfecha pero ésta se esfumó al verlos a ambos.

—¿Qué pasó? —preguntó y se sentó.

—Jihyun me estaba preguntando si era uno de tus amigos... —Taehyung lo miró y sonrió de forma irónica, apretando los dientes—. De los amigos que se dan besitos de amor.

—Oh, dios. No, no —Jungkook miró a Jihyun—. No es así.

—Y... ¿Y cuántos amigos tiene tu papi que se dan besitos de amor? —dijo Taehyung, mirando atento a la niña y metiendo un pedazo de pan en la boca del otro.

—Umh... Sunie, Suhyung, Yurim, Jaehyung... —comenzó la niña y Jungkook la interrumpió.

—Ah, ah, ah, ah. No, no, no, no.

—¿Y cómo es con los amiguitos de tu papi? ¿Vienen, se quedan, se van...?

—¡Taehyung! Basta de preguntas —exclamó Jungkook—. Jihyun, esos no son amigos son personas que les di un besito de amor y ya está pero no pasó nada más. Taehyung es distinto.

—...¿Por qué?

—Porque... porque Taehyung es otro tipo de amigo mío.

—Ah... ¿Seokjin?

—No, no —Jungkook cubrió su rostro y miró a Taehyung, quien sonreía enormemente.

—Yo tampoco sé —dijo, levantándose—. Voy al baño, ya regreso.

Y Jungkook suspiró.

No eran nada.

Daddy's fear.Where stories live. Discover now