18.

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Taehyung despertó a la mañana siguiente con un peso enorme encima suyo. Abrió sus ojos y se quejó en voz baja, cuando quiso moverse su cuerpo se encontraba inmovilizado y se dio cuenta que tenía los brazos de Jungkook envolviéndolo de forma posesiva y apretada. A pesar de que aquello le provocó mariposas, le dolía porque Jungkook no era liviano y sus brazos tampoco.

—Jungkooooooook —cantó, intentando moverse a lo que el otro respondió con un quejido—. Me estás aplastando, muévete...

—Mhm...

—¡Jungkook!

—Shh, shh, estás calentito.

Taehyung sonrió y se dio la espalda costosamente, encontrándose con el rostro relajado del azabache. Tenía sus ojos cerrados y notó como las orejas que tenía cuando se conocieron, habían desaparecido. Aquello le hizo sentir cálido, pudo saber que Jungkook estaba descansando mejor y se sintió orgulloso. Acarició la suave piel de su rostro y Jungkook abrió sus ojos lentamente, frunciendo el ceño.

—Mhm ¿Qué hora es? —susurró el otro y aflojó el agarre.

—No sé, no podía moverme —Taehyung se sentó y miró su celular—. Las nueve.

—Ah... —el castaño se levantó y Jungkook estiró su brazo, quejándose—. No, no, no... vuelve.

—Voy a tomar una ducha —sonrió y se colocó su ropa interior, luego eligiendo ropa para vestir luego del baño—¿Y Jihyun?

—¿Ah? —se sentó lentamente—¿Jihyun? Jihyun. Jihyun ¡Jihyun! Mierda.

Taehyung estalló en risas y Jungkook se levantó rápidamente, casi tropezando con la ropa en el piso. Se vistió de manera rápida bajo la mirada de Taehyung, que no pudo evitar deleitarse con el cuerpo del otro. Jungkook se colocó la camisa y se acercó.

—Me tengo que ir —dijo y se acercó, besando a Taehyung de manera suave, quien sonrió durante el beso—. Llámame luego.

Taehyung asintió y Jungkook se fue con una enorme sonrisa en el rostro. Sentía su corazón cálido y como la felicidad inundaba cada poro de su cuerpo. Quería cantar, quería saltar, bailar, llorar. Era un mar de sensaciones pero ninguna era negativa, el miedo que alguna vez había sentido se disipó y estaba contento.

Llegó a su casa y su hija lo recibió con una abrazo, estaba algo despeinada y tenía cara de que recién se había despertado. Sonrió y la alzó, llenando su rostro de besos.

—Hola, princesa ¿Cómo estás? —la saludó y ella se aferró.

—Bien... —susurró y él se sentó en el sofá con ella en su regazo.

—¿Y Seokjin?

—Me hizo comida y se durmió.

—Oh, bueno —soltó una risa y peinó el cabello de su hija delicadamente con sus dedos.

—¿Dónde estabas?

—Fui a... —asintió—. Fui a cenar con Taehyung.

—¿Taehyungie?

—Sip. Sabes, Jihyun, él y yo estamos saliendo juntos.

—¿Novio?

—No, no... pero parecido, no es como los demás, él de verdad me gusta.

—Oh.

—¿Te parece bien? —preguntó y ella asintió, sonriendo.

—Amo a Taehyungie.

—Yo igual —besó su frente, sin darse cuenta de lo que había dicho y encendió la televisión, sentando a su hija en el sillón—. Puedes ver un poco, iré a desayunar.

Jungkook entró a la cocina y se encontró a Seokjin con la cara contra la mesa, durmiendo profundamente y soltando ligeros ronquidos de vez en cuando. Se sentó en frente suyo con una taza de café y esperó pacientemente hasta que su amigo despertó y lo miró.

—Al fin llegas ¿Cómo te fue? —preguntó el rubio, bostezando.

—Genial, él de verdad me gusta.

—Es buen chico ¿Qué hicieron?

—Tuvimos una cita doble, con un amigo suyo y Namjoon —dijo, sonriendo—. Y luego fuimos a su casa a...

—¿A qué?

—Comimos algo de postre y nos dormimos —mintió, tomando de su taza con café.

—Que lindos. Bueno, me voy, tu pequeña tiene mucha energía y yo cumplo cuarenta en unos años. Me llamas y me dices todo ¿De acuerdo?

Jungkook asintió y Seokjin se fue, gritando un "te quiero" mientras cerraba la puerta. Jungkook sacó su celular y revisó unos mails del trabajo, se encargó de responderlos todos y también habló con Hoseok, que más que su asistente parecía un sub-jefe. Le subió el sueldo, debido a que le dedicaba horas y mucho esfuerzo al trabajo, más de lo que Jungkook le pedía.

Le llegó una notificación y vio que era de Taehyung. Su corazón se aceleró y tardó unos segundos en abrirla. En cuanto lo hizo, escupió el café sobre la mesa y miró a su alrededor, como si alguien fuese a estar para ver su celular. Tragó saliva al ver la foto subida de tono que le envió el chico, en la cual se mostraban las partes en las que Jungkook había dejado chupones, como sus muslos, y un poco más.

Se levantó y salió de la cocina.

—¿Papi, dónde vas?

—A mi cuarto, cariño, no entres.

Daddy's fear.Where stories live. Discover now