25.

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Taehyung se encontraba en la cama de Jungkook, era tarde en la noche y Jihyun ya se había dormido. El castaño se encontraba leyendo una revista hasta que oyó la puerta de la entrada abrirse. Se quedó allí sin embargo hasta que Jungkook entró a la habitación y se acercó.

—Hola... —suspiró el menor y Taehyung sonrió, dejando la revista de lado y extendiendo sus brazos. Jungkook se tiró en la cama y se apoyó contra el pecho del otro y entre sus brazos—. Lo siento, me comieron la cabeza allá. Estamos colaborando con otra empresa de publicidad y es todo un desastre. Lo lamento.

—Lo sé, no me pidas perdón —Taehyung susurró, acariciando su cabello—¿Comiste?

—Un poco ¿No estás enojado?

—Claro que no.

—Lo siento.

—Basta, no me tienes que pedir perdón —Taehyung lo miró, acariciando su mejilla—. Ya estás aquí.

—Sí...

Jungkook se acercó y atrapó los labios de Taehyung con los suyos. Se besaron de manera lenta y suave, disfrutando el choque entre sus bocas y como éstas encajaban a la perfección, como si hubiesen sido hechas una para la otra. Jungkook acarició las piernas de Taehyung y éste las separó, dejando que el menor de los dos se acomode entre ellas. Ambos sonrieron.

—Mhm, estoy muy cansado —se quejó Jungkook y volvió a besarlo.

Taehyung no pudo resistirse y siguió el beso, acariciando la espalda del azabache y paseando sus dedos por el abdomen de éste también. Al final, el castaño se separó ligeramente mientras Jungkook seguía dejando besos en sus labios.

—Mh, Jungkook... Debo trabajar mañana...

—Yo también.

Taehyung sonrió y cerró sus ojos, disfrutando como la lengua de Jungkook comenzaba a pasear por todo su cuello y sus clavículas. Dejó chupones en la zona a lo que el castaño se quejó, pero no hizo nada para que el otro se detuviera porque le encantaba. Quería que Jungkook lo llene de marcas y de besos, que tomase su cuerpo como si fuese de su pertenencia. Los dedos ágiles del pelinegro se escabulleron entre los pantalones del hombre debajo suyo y se encargó de acariciar su entre-pierna mientras el otro se derretía ante su toque.

Terminaron uniendo sus cuerpos por segunda vez nuevamente, cubriéndose por las sábanas y dejando que la luz de la luna, que se adentraba por la ventana, sea lo único que ilumine la habitación mientras se encargaron de sentirse durante un largo tiempo esa noche.

No fue grotesco, no fue desesperado y brusco como la anterior vez. Ninguno sintió la necesidad de que lo sea. A pesar de que lo habían disfrutado y les había encantado, esa vez se sintió mucho más íntima y apasionada. No eran dos jóvenes deseando de manera inhumana sentirse, eran dos adultos que se estaban encargando de hacerse saber lo mucho que se querían y disfrutaban del toque del otro.

Taehyung no solo se sintió deseado, se sintió amado, y jamás había experimentado aquello.

Jungkook se apoyó contra el hombro del castaño, mientras ambos intentaban regular sus respiraciones. Ambos rieron en voz baja y Taehyung tomó su rostro entre sus manos, acariciándolo suavemente. Jungkook se acercó y lo besó de forma delicada, para luego acostarse a su lado y acurrucarse entre sus brazos. Taehyung abrazó su espalda y dejó suaves caricias en su cabello.

—Agradece que estoy cansado... —Jungkook susurró, bostezando.

—Lo hago, tengo que ir a trabajar mañana.

—Mhm... —Jungkook cerró sus ojos—¿Y Jihyun?

—Tardaste un poco en acordarte.

—Ups.

—Está bien, se preocupó porque no llegabas pero me quedé con ella hasta que se durmió.

—Ah, soy un tarado...

—No digas eso, Kook, no lo eres.

—Se siente horrible verle la carita cuando llego tarde y no pude hacerle la merienda ni pasarla a buscar de la escuela. Se ve decepcionada.

Taehyung lo miró y dejó un beso en su frente.

—Eres el único que se decepciona de ti, Jungkook, ella no se molesta por eso porque lo entiende.

—...¿Tú crees?

—Lo sé. Debes darte más mérito por todo lo que haces.

—Podría ser mejor.

—Ya eres mejor. Nunca vi a un padre preocuparse tanto por su hija, y por toda la gente a su alrededor. Ni te acercas a lo malo.

Jungkook suspiró y asintió, abrazándolo.

—Yo... yo quiero que sean felices.

—Ella es muy feliz.

—¿Y tú? ¿Soy bueno para ti? —Jungkook preguntó, mirándolo con ojos de cachorro llorosos.

—Por supuesto que sí —respondió Taehyung, sin dudarlo y nunca, nunca, estuvo tan seguro de esa respuesta como ahora—. Eres lo mejor para mí.

—¿Tú crees?

—De verdad lo creo ¿Yo soy bueno para ti? —Jungkook sonrió y asintió.

Fue luego de unos segundos que ambos cayeron rendidos en los brazos del otro.

Taehyung se durmió pensando en todo por lo que había pasado. Recordó las relaciones anteriores, lo mucho que sufrió con el resto y, aunque no debía, comparó a todas sus ex-parejas con Jungkook. Se abofeteó mentalmente a sí mismo al darse cuenta de que ninguno se asemejaba al chico que se encontraba durmiendo pacíficamente en sus brazos. Y esta vez, de verdad, sentía que estaba recibiendo lo que tanto se merecía y había esperado por muchos años. 

Jungkook se durmió pensando en como Taehyung se había vuelto tan importante para él. La manera en la que llegó a su vida de manera tan rápida e inesperada. Como de un día para otro se quedó en su mente y sabía que, a pesar de que fue un proceso rápido en el que Taehyung ocupó cada uno de sus pensamientos, supo que sería muy difícil dejar de pensar en él. Y no le molestaba, no planeaba alejarse de Taehyung y tampoco quería que este se vaya de su mente, amaba pensar en él y tenerlo, tener la posibilidad de quererlo y mimarlo. 

Jungkook no creía en los espíritus, fantasmas, etc: pero si debía describir a Taehyung en una palabra sería "ángel".

Daddy's fear.Where stories live. Discover now