19.

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Taehyung tocó la puerta de la oficina de Jungkook y esperó pacientemente a ser recibido. Había comprado comida que sabía que a Jungkook le gustaba y fue a visitarlo porque éste a veces se olvidaba de almorzar.

Había pasado un mes en el que salían a cenar los fines de semana y Taehyung lo visitaba a él y a Jihyun. Ella le había agarrado un cariño mucho más especial y luego de saber que estaba haciendo feliz a su padre, sintió un aprecio enorme por el castaño. Era pequeña, pero sabía muy bien. Taehyung se sentía en un sueño, había pensado en lo que Jimin le dijo y se dio cuenta que desde que comenzaron a salir de nuevo, no sintió más que felicidad y comodidad. Se sentía cálido y, aunque tenía miedo de confiar, Jungkook le daba lo mejor de sí y se estaba ganando su confianza de a poco.

Hoseok, quien ya conocía a Taehyung debido a que ultimamente visitaba mucho a su jefe, le abrió y le dedicó una dulce sonrisa. Le indicó que se siente y Taehyung hizo caso, acomodándose en la silla de Jungkook.

—¿Cómo estás? —preguntó Taehyung, sonriendo.

—Mucho trabajo, tu hombre es exigente.

—Hey, tú tienes suerte, eres su favorito.

—Lo sé, lo sé.

Ambos rieron y Jungkook salió del baño, arremangando su camisa blanca hasta sus codos y con el mismo rostro amargado de siempre. Maldijo en lo bajo y suspiró.

—¿Qué pasa ahora? —se quejó él y Taehyung se dio vuelta—. Oh, eres tú —sonrió y se acercó, dejando un beso en la mejilla del contrario.

—Te traje el almuerzo —dijo y dejó que el azabache se siente en su lugar para él sentarse en su regazo.

—Gracias —se acercó ligeramente pero giró su rostro para mirar a Hoseok—¿Tú no tienes que almorzar?

—Sí, pero me dijiste que...

—Sh, ve a almorzar —ordenó Jungkook y Hoseok sonrió, agradeciendo a Taehyung por lo bajo.

Se fue y Jungkook acarició la nuca del castaño, atrayéndolo hacia sí y besando sus labios de forma lenta. Taehyung sonrió durante el beso y abrazó el cuello del otro, ladeando su cabeza para poder sentir su boca de una manera más profunda y deseosa. 

—Mhm, mhm —el mayor lo detuvo, a lo que Jungkook se quejó—. La comida.

—Estoy en eso.

—Tonto, vamos a almorzar.

Taehyung comenzó a quitar las cosas de las bolsas al igual que dos cajitas de jugo de naranja, por lo que Jungkook rió a aquello. El azabache lo miró atento, parecía que en dos de sus ojos habían corazones. Apreció cada una de las facciones del otro chico quien estaba muy ocupado con las cajas de comida. Era hermoso, no había visto un rostro tan hermoso como el suyo. 

—Listo, abre la boca —pidió y Jungkook hizo caso, mientras el otro metía la comida en su boca con cuidado.

—Si hubiese imaginado esta situación antes, hubiese vomitado. Es muy cursi.

—Eres un tonto, has silencio.

Tardaron poco en acabar la comida y Jungkook sonrió. Para eso Taehyung seguía sentado en su regazo a lo que aprovechó y abrazó su cintura, besándolo de manera suave. El castaño no dudó en seguirle el beso, abrazando su cuello y apegando su cuerpo al contrario. Jungkook bajó sus manos y paseó éstas por las piernas del chico, quien sentía su piel estremecerse por el contrario del otro. Jungkook lo sentó sobre el escritorio y se acomodó entre sus piernas, presionando sus glúteos y muslos de manera brusca, mientras Taehyung ahogaba un gemido en su boca.

Daddy's fear.Where stories live. Discover now