36 - Los nuevos comienzos

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El domingo después de esa charla las cosas parecieron fluir un poco mejor con Igor.

Cuando se levantó, una hora antes del mediodía y con la cabeza dándole vueltas, se encontró con su huésped en la cocina.

—¿Desayuno especial para la resaca? —le preguntó con tono gracioso.

—No tengo ni hambre —le dijo ella dejándose caer en la silla.

—No estás acostumbrada a estos efectos, ¿no?

—Para nada. No recuerdo cuándo fue la última vez que bebí tanto.

—Bebe un poco de agua. Te hará bien.

Se levantó por un vaso de agua, casi sin ganas de caminar.

—¿Y Pato sigue durmiendo?

Él negó mientras revisaba su celular.

—Salió temprano a la casa de una compañera. Tienen que presentar un proyecto mañana.

—¿Cómo sabes tanto?

—Hemos hablado bastante estos días mientras tu estabas en modo zombie antisocial.

Ella suspiró y se sentó de nuevo. Observó el vaso de agua en silencio.

—Perdón por eso. No estaba muy bien.

—¿Y ahora si lo estás? —le dijo en tono de sarcasmo.

Olivia se limitó a sonreírle mientras rodaba los ojos. Definitivamente, las bromas de Igor eran parte de su esencia.

Tomó aire y bebió del vaso de una. La sensación del agua fresca bajando por su garganta le devolvió un poco la vida.

—¿Habrá almuerzo hoy?

Igor miró la cocina vacía, luego la miró a ella y volvió a mirar la cocina.

—Parece que hoy no —rio mientras volvía la vista a su celular—. Si quieres pido algo.

—No, deja. Haré pizzas.

—Con mucha cebolla, por favor.

Olivia se tomó su tiempo para cocinar. Aunque no tenía ganas al principio, en el proceso fue sintiéndose mejor. Definitivamente, aquello era su cable a tierra.

—¿Y tu? ¿Cómo va el estudio? —le preguntó Igor mientras almorzaban después de casi dos horas pasadas del mediodía.

Ella le contó mas o menos como era su día a día en el instituto. Cómo eran sus clases, lo que estaba aprendiendo y como venía el tema de los exámenes.

—Al final creo que fue una buena idea tomar la beca.

—Eso seguro. Se nota que te está haciendo bien y que te gusta, por como hablas del tema.

Oli sonrió.

—Y pensar que estoy acá gracias a Tadeo...

—Al menos te dejó algo bueno.

—Si... ¿Y tú? ¿Cómo va el tema de búsqueda laboral? —decidió cambiar de tema rápido porque el dolor había empezado a golpear la puerta de nuevo.

—Bien, mañana tengo una entrevista en un lugar bastante importante. Si se llega a dar será una oportunidad enorme.

—¡Qué bueno!

—Y si se da, me mudo. Es promesa —rio—. Estaba mirando apartamentos recién. Creo que ya encontré algunos que podrían funcionar. Así que apenas me confirman si quedo o no, iré a verlos así me mudo lo antes posible.

Una parada en Colonia BasiliaWhere stories live. Discover now