XVI

13 0 0
                                    

Triste y vacío está el mío corazón,
no puedo salir desta jaula mental,
tanto tiempo que la mía alma quebró,
en miles de pedazos yace ahora,
ninguno de ellos recuerda quién soy.

Todo está negro al mío alrededor,
un espacio pequeño y falto de aire,
espetan el mío cuerpo miles de espinas.
Estoy cautiva en la cima de una colina
cuyo nombre no lo puedo recordar,
pero sé que va a ser la mía ruina.

Los míos ojos pesan en demasía por llorar,
la mía voz se ha apagado de tanto gritar:
«¡Libertad!, ¡por favor, sacadme ya!»

El mío corazón gris está por la soledad,
le arrebataron hasta el último sentimiento.
Los míos dedos están rosos de sangre
de tantas ocasiones que intenté liberarme,
pero solamente obtuve aprisionarme más,
preso de la mía propia infelicidad.

Poemario II, Saudade anheladaWhere stories live. Discover now