XLI

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No entiendo el por qué la tristeza
nasce de raíz en mi corazón,
he pecado de ignorante y naíf
al haber pensado que la erradiqué,
pero hoy caigo de rodillas novamente
ante la mia infancia aniquilada.

De verdad que yo quisiera escribir
sobre el amor, la pasión o los sueños,
pero mi corazón me grita y obliga
con gotas rojas y el frío que me congela
escribir mis desdichas y desgracias
y verlas como algo normal.

Cada letra que escribo
me duele en lo más hondo de mi cor,
me siento como una bazofia
que cree estar al pie de las cimas,
pero caigo pronto en la realidad
y descubro que estoy más so de mi soledad,
donde sólo se oye el eco
de mis lácrimas cayendo sin cesar.

Yo nunca he agonizado,
mentira, estoy agonizando,
sufro tanto que mis gritos
ya no son de dolor,
sino los alaridos agobiantes
de mi alma desangrada,
que à desesperanzas
me reclama que desea escapar.

¡Maldita depresión!,
tú que una vez entraste
por la mia fenestra
e hiciste que los rayos del Sol
dejasen de rutilar.

No sé qué me pasa,
pero ya hoy no hace calor,
ya no sé lo que es el amor,
no hay corazones en mis sueños
ni un alma que me persiga,
la vida se me va de mis brazos,
y no logro hacer nada...
sólo esperar à ver que sucede mañana,
si es que logro despertar.

Poemario II, Saudade anheladaWhere stories live. Discover now