XXXII

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Quema la lava que hay en mis venas
cada vez que veo las mías fotografías,
todo dentro de mí se muere.

Deseo decirme en la cara
que me querré más,
lo prometo por cada lágrima
que he derramado sin cesar.

Aquellas que caían por mi cobardía,
debido aquel horrible acto del día a día,
el mismo que desvaneció mis ilusiones.

Quiero verme a los ojos,
enfrente del espejo por última vez
y decirme que ya no tengo vida,
hacerme saber que me estoy odiando,
que odio el dolor que me ha carcomido.

Quiero decirme que no hay una salida,
que aunque he intentado,
no hay cura ni tratamiento
que logre sanar estas eternas heridas.

Sólo existe una guisa de apagar mi agonía,
sólo mi vida puede pagar por mi cobardía,
me veo en cada nigérrima noche y digo:
«No saldrás de esto sin sufragar lo que debes,
quiero verte el alma y golpearte donde más te duele».

Poemario II, Saudade anheladaWhere stories live. Discover now