XXXVII

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Quiero entrar en la boca de la muerte,
con los ojos sin vida abiertos,
con los oídos sordos escuchando,
sin másquera que oculte mi pútrida haz.

Sin miedo à que me lastimen otra vez,
sabiendo y no sabiendo qué hacer,
enfrentarme à las voces silenciosas,
à los aires fúnebres de mi lóbrego ser
y à los feroces cauces del horror.

Olvidar mis recuerdos tortuosos,
desprenderme de la vida,
nascer de nuevo en el mundo,
intacta, virgen y pulcra como una flor.

Poemario II, Saudade anheladaWhere stories live. Discover now