LXXXVII

7 0 0
                                    

Escucho caer à alguien por allá,
escucho à mi cor explotar de soledad,
mi tiempo pronto llegará
no hay nadie para mí,
voy à estar así por toda la eternidad.

Mi corazón está abandonado,
hace tiempo que dejó de latir.
Estoy triste y acabado,
ya no funciona para mí el vivir.

Un rostro veo al frente de mi espejo,
rostro que dejé de conocer,
no sé quién soy, nadie me reconoce,
creo que mi vida terminó al parecer.

Mis noches son frías cual Polo Norte,
mis días son solos tal cual desierto,
no quiero vivir, voy à buscar una soga
y à colgarme, al fin y al cabo...
nadie se preocupará de mi morir.

Voy vagando por las avenidas del silencio,
ya no necesito tomar ni alimentarme,
ya no tengo necesidad si yo ya no me amo,
estoy enfrente de un profundo precipicio.

Estoy batallando entre yo y yo,
el ganador no fue ninguno de los dos,
caeré ahogado en mi sangre
y me bañaré en mi desgracia.

Poemario II, Saudade anheladaWhere stories live. Discover now