CAPÍTULO 28

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Nos encargamos de todo, y después del entierro fuimos a su casa, todo estaba con un filtro sombrío, ese día estaba nublado y los ánimos por el suelo. En el despacho que fue suyo nos encontrábamos Javier, Samanta, yo y frente a nosotros el abogado de Adán, todo el proceso estaba planeado para cuando llegara el momento, él lo había planeado así, pero no se esperaba que fuera tan pronto.

El hombre mayor que nos había citado en ese despacho, dijo que era para escuchar las últimas palabras del difunto escritas por sí mismo en vida, y un testamento que pidió que al ser leído estemos presentes. Adán no dejo hijos y no se le conocieron amores, con voz calmada el abogado empieza a leer el testamento para finalizar diciendo que yo era la heredera del 75% de todo lo que poseía, el otro 25% fue su decisión dárselo a Javier, en específico todo lo correspondiente a su centro funerario.

‒ Con esto concluye esta reunión ‒anuncia aquel hombre‒ señorita Elizabeth ‒me llama‒ como última petición el difunto señor pidió que le fuera entregado esto ‒saca de su maletín una carta y me la entrega.

‒ Muchas gracias ‒tomo la carta.

‒ No es nada, es mi trabajo ‒con esto se retira y Samanta se ofrece a acompañarlo.

Yo me quedo con Javier, veo la carta y sin esperar mucho busco el abre cartas para ver que contiene, el interior solo posee una carta que leo atentamente, y en la que especifica la razón de su decisión con respecto al testamento.

"presiento que vas a negarte, o estar confundida por lo que he hecho con mi testamento, pero no tengo a nadie más a quien quisiera dárselo, mi padre murió, y no deje herederos, así que tómalo con una manera de ayudarte cuando no pueda hacerlo en persona"

Siempre piensa en todo, mientras más leo más tengo que hacer un esfuerzo para no llorar. Ya a lo último me aclara las dudas que me dejo con el colgante.

"A estas alturas ya debes de saber que ese colgante que te regale es especial, es una llave para abrir un cofre que está escondido en la cochera, dentro del porshe negro. Dentro encontraras documento con mucha información que he recopilado, no sé cuánto pueda servir, lo dejo en tus manos, sé que encontraras la forma de sacarles provecho. ATT: Quien te cuida de lejos, Adán"

Después de leer en voz alta para que Javier también pueda escuchar, no queremos perder tiempo y vamos a la cochera. Pero al llegar no vemos ningún auto en esta.

‒ Aquí no hay nada, se abra equivocado o llevado el auto ‒dice Javier confundido al no encontrar el porshe que se mencionaba en la carta, yo también estaba confundida hasta que recuerdo que está no era la única cochera que poseía la casa.

Le cuento a Javier sobre la los conductos subterráneos de la mansión y queda sorprendido con la información.

‒ Porque nunca había hablado de eso ‒me pregunta.

‒ era secreta ‒me rio al responder igual que él la primera vez.

Vamos hacia los jardines traseros parándonos frente al laberinto de arbustos, yo no recordaba todo el recorrido hasta la puerta, íbamos a perdernos y tardar mucho en conseguirla. Nos quedamos pensando unos momentos, hasta que Javier tiene una idea y se sube en una estructura quedando lo suficientemente alto para ver todos los caminos del laberinto y para resorberlo, para no olvidarlo le toma una foto y baja para mostrármela. Al verla puedo identificar donde está la puerta oculta, y resuelvo el camino para llegar a ella.

Tomo el teléfono de Javier y este me sigue con toda confianza hasta que llegamos a la pared de plantas colgantes.

‒ ¿Segura que seguiste bien el mapa?‒sonrió un poco por su comentario, y procedo a apartas las enredaderas para que se visualice la puerta de madera‒ ah... ¿Tienes la llave? ‒otro problema que se presentaba, Adán era el que la tenía‒ con permiso ‒pide Javier para apartarme y ponerme detrás de él, esté saca el arma que lleva en la cintura y le dispara a la cerradura haciendo que está se abra.

La Respuesta De La Venganza (Editando)Where stories live. Discover now