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La vida en el castillo era un martirio. Una semana, la más larga de mi vida, en aquel palacio inmenso. Aún dudaba para ir al baño, incluso para llegar al gran comedor. Nunca pensé que extrañaría esas mañanas hablando con mi padre en el jardín mientras él recogía tomates. Últimamente no habíamos hablado mucho, estuvo ocupado conversando con la Reina y hablando con algunos de la corte real, incluyendo el Rey actual que cada vez que nos encontrábamos por el pasillo parecía quererme enterrar bajo tierra.

En esos momentos me encontraba en el jardín, donde había muchas flores de todos los colores. Mi padre estaba conmigo, ambos disfrutábamos del lugar en silencio. Un par de soldados se encontraban a una distancia considerable, estaban concentrados en que no hubiera nadie cerca de nosotros.

-Sé que lo odias.

Como dije, mi padre siempre adivinaba lo que me ocurría.

-No sabes cuanto, quiero volver al bosque.

-Yo también-sentenció junto a un suspiro-También extraño la sencilla pero peligrosa vida del bosque.

Pasó el brazo por mis hombros atrayéndome a él. Mi padre miró el Castillo y suspiró. Él llegó a vivir esa vida, una vida llena de obligaciones y apariencias; de igual manera seguía prefiriendo el bosque a eso.

-Fue hace mucho pero recuerdo correr por estos jardines, aunque no tenían tantas flores en ese entonces.

-La Reina...

-Éramos pequeños, nos caíamos bien y jugábamos frecuentemente; me alegra saber que sigue siendo así.

Hubo otro silencio.

Por un momento recordé a mi madre, un vago recuerdo de ella y yo en el jardín de la casa del pueblo corriendo. Sabía que en breves tendría que correr a las prácticas de arco. Lein no podría sobrevivir sin mí.

-¿Te llevas bien con los príncipes?

Esa pregunta era complicada.

-San me habla de vez en cuando, es muy respetuoso y humilde-dije recordando la conversación de esa mañana.

San me preguntaba si antes de cenar daría un paseo con él, obviamente acepté, no veía el problema.

-El menor es un diablillo-dije riendo con mi padre.

-¿Y Jungkook?

Jungkook era algo controlador, de eso me había percatado el primer día que estuve en las grandes instalaciones. Quería todo bien hecho y cuando él quería, se notaba que era el mayor y el heredero; su hermano era algo más descuidado en ese sentido.

-Sinceramente es muy controlador, pero de alguna manera me agrada.

-Jungkook tiene muchos problemas como heredero, ten paciencia.

-Sabes que no tengo de eso-dije sonriendo-Lo saqué de mamá.

-¿Tu hermano?

Mi hermano parecía haberse adaptado con facilidad al funcionamiento, aunque el no tenía que estar con vestidos realmente horripilantes dando vueltas por una habitación con libros en la cabeza. A pesar de haber conseguido saltarme muchas clases de modales por el tiro con arco, de algunas no me salvaba.

-Creo que a él le gusta-dije suspirando-Iré a entrenar.

-Cuídate, hija.

Me despedí y salí corriendo para ir al jardín trasero.

Lein estaba agotado, era la hora de comer y ya sabía que tenía que salir de allí cuanto antes. Todos los de aspirantes a guardia secreta habían sido informados de que era hija de un invitado importante de la Reina. Por ello se me permitía irme en horas clave en donde la realeza se juntaba para comer o cosas semejante.

El Secreto mal Guardado De La Corona- JK  Where stories live. Discover now