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Me pegué más a Jungkook. Hacía demasiado frío, al menos no quedaba tanto para que terminara el invierno. Jungkook firmó posiblemente la carta número ochenta y me la entregó para que firmara yo. Eran las invitaciones de la boda, la haríamos dentro de dos semanas y había que ir enviando las invitaciones. Organizar la boda con la reina fue lo más complicado que hice en mucho tiempo. Estuvimos dos días discutiendo el lugar porque ella negaba rotundamente mi bosque, tuvo que venir Jungkook a imponer mi laguito con árboles como lugar. El resto fue algo más sencillo, la decoración, la comida...

—Rey, su padre...

—Nada, no quiero hablar con él. Si no es algo urgente del Reino no venga a informármelo.

Me dio la pluma para firmar. Jungkook no había hablado con su padre en semanas.

—Su hermano también...

—De ese menos, si no está a punto de morir no existe para mí.

Últimamente habían estado muy insistentes con vernos. San me llamaba desde las ventanas cuando estaba fuera en el jardín disfrutando uno de los pocos días en el que no llovía o nevaba, y el padre de Jungkook había desaparecido. No lo veíamos ni en las comidas, pero aún así exigía vernos. Los rumores se extendían por palacio como el humo, había disparates tan grandes como que estaba enfermo. ¿Enfermo de qué? Si hacía unas semanas estaba tratando de matarme a mí. Me abracé el estómago, a pesar de todo el tiempo que llevaba con el embarazo aún no podía creerlo por completo. Me parecía surrealista, tenía dentro al futuro heredero, tenía una parte de Jungkook.

—¿Te encuentras bien?—preguntó preocupado Jungkook.

Asentí continuando firmando las cartas que se habían acumulado en mi lado. Una boda, iba a celebrar una boda. Si mi padre estuviera...

—¿Mika es un nombre feo?

Miré a Jungkook desconcertada. Él sonrió moviendo la invitación de su mano.

—Esa sonrisa da mal augurio, ¿Has visto alguna vez una ardilla visualizando una nuez?

Jungkook negó con el rostro disfigurado.

—Parecías hacer exactamente lo mismo—dije señalando con la pluma al Rey —¿Qué estás tramando?

—Mika, ¿No te gusta?

Volví la vista a la invitación, un par de mechones se cayeron por mi rostro. Extrañaba un poco la melena desorganizada y extremadamente larga, pero también me gustaba tenerlo por encima de mis hombros; a veces agradecía no tenerlo muy rizado.

—Es un nombre...peculiar.

—Me gustan peculiares, ¿Y Aryan?

—¿De qué me estás hablando exactamente, Jungkook?

Sonrió dando vueltas en sus dedos a la pluma. No sabría definir lo que veía, su perfil, su sonrisa, la sensación que me provocaba...

—Del hijo que llevas, porque estoy convencido de que es un niño.

¿Arrow Mika Aryan Jeon? Sin duda debía de seguir pensando más nombres. Me mordí el labio mirando la invitación, la última que tenía que firmar. No sabría si él estaba más ilusionado que yo sobre el bebé. Estaba a punto de preguntar como la llamaría si fuera niña cuando se abrió la puerta tras dos pequeños golpes. Lein entró con mi arco y el suyo cruzado en su espalda además de una sonrisa deslumbrante. Tras él se asomó mi hermano, su cabellera pelirroja era inconfundible.

—¿Unos tiros?

No me negaría, llevaba unas semanas sin tener entre mis dedos una flecha. Mi hermano entró con unas hojas que dejó frente a Jungkook antes de pedir a Lein acompañarnos.

El Secreto mal Guardado De La Corona- JK  Where stories live. Discover now