31

310 52 1
                                    

—Por fin despiertas...

En efecto, había abierto los ojos en lo que aparentaba ser mi habitación del castillo. A mi lado, sentado en una silla estaba Jungkook con un paño mojado en su mano. Las cortinas estaban abiertas pero la luz aún no entraba, sería de madrugada. Me incorporé lentamente, tenía una migraña preocupante y el estómago me daba falsas alarmas de náuseas.

—Te desmayaste...¿estás bien?

No tardé en recordar por qué había ocurrido eso. Cerré los ojos con fuerza.

—No quiero verte ni escucharte ahora—dije entre dientes.

Mi padre había muerto en el palacio en el cual prometieron que estaríamos a salvo. Pidieron que confiáramos en ellos y lo primero que ocurrió fue la aparición de intrusos y después una muerte...la muerte del verdadero Rey.

Sabía que no fue Jungkook, nunca dudaría de él en algo semejante. Su padre, seguro había sido él, no hacía falta una gran investigación para suponerlo. Me llevé las manos a la cabeza y me encogí escondiéndome entre mis piernas. Cerré los ojos con fuerza recordando la silueta de mi padre en el suelo, mis lágrimas salían a la vez que mis sollozos. Las manos de Jungkook  agarraron mis hombros y trataron de que mi cuerpo lo mirara.

—Cirene, escúchame.

Levanté la vista, sus ojos también estaban cristalizados. Cuando por fin conectamos las miradas él la desvío hacia el suelo.

—No pensé en que esto ocurriría, yo-

—Me quedé sola—murmuré—Mi madre, mi padre...mi hermano me ignora...

—No estás sola—acarició mi rostro delicadamente—Estoy contigo, siempre.

Jungkook me abrazó y dejó que llorara en su pecho. Su aroma a melocotón me ayudó a tranquilizarme, como siempre que me abrazaba...

Sabía que había algo detrás, lo sabía a la perfección pero mi mente no estaba para pensar y hacer tanto esfuerzo. Solo quería centrarme en el vacío interior que acababa de surgir al ver aquella imagen. No hacía más de unas horas él estaba comportándose realmente extraño diciéndome cosas preciosas. ¿Él sabía que iba a morir? Llevaríamos casi diez minutos entre llantos y sollozos. Ninguno paraba y eso parecía incitar al otro a llorar más. Las continúas disculpas del mayor estaban provocando mis lágrimas continuamente.

—Prometo protegerte—dijo separándose del abrazo—No puedo dejar que te hagan nada...

Agarró con sus grandes manos mis mejillas para apartar aquellas lágrimas que aún caían. Apartó algunos mechones de mi frente para besarla.

—No dejaré que mi padre se salga con la suya, no otra vez.

—Fue él entonces.

—No preguntes algo que tanto tú como yo sabíamos desde el momento en que vimos el cuerpo sin vida de tu padre...

Mis lágrimas volvieron a brotar, el Rey me advirtió de que me iba a dejar bajo tierra junto a mi padre; yo ya lo sabía y estúpida de mí no creí que fuera a hacerlo de esa forma. Jungkook acarició mis mejillas antes de unir nuestros labios en un beso sin movimiento, uno que sólo pretendía transmitirme apoyo; un : "estoy aquí contigo".

—Me aseguraré de que estés bien y que mi padre pague por lo que hizo.

—¿Cómo vas a hacer eso?

—Soy el Rey, ¿Recuerdas?

Sonreí acariciando su mejilla, tenerlo cerca era la mejor cura posible.

—Deberías dormir.

El Secreto mal Guardado De La Corona- JK  Where stories live. Discover now