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K.O, lo primero que hice fue lanzar un puñetazo al hombre y después salir corriendo como si literalmente me persiguieran lobos a toda velocidad. No era muy diferente a lo que hacía en mi antigua vida, yo cazaba y mi hermano creía que había sido él y salía corriendo a por la presa mientras yo me quedaba en el escondite rezando para que no se le tirara un lobo encima. Fui tras unos arbustos y anduve cubriéndome con ellos hasta encontrarme en la gran fuente rodeada de todo tipo de vegetación. Estaba algo confusa, perdida, ¿Qué estaba ocurriendo exactamente?  Mi corazón latía a toda velocidad, ese era el día de mi muerte o algo parecido; sólo había vivido intentos de asesinarme.

Me lavé la cara y me sequé con el brazo. Me senté en el borde a contar las flechas que me quedaban cuando escuché un agudo grito y después una grave voz que reconocería perfectamente a kilómetros. Tenía diez flechas, un miedo encima que no me lo quitaba nadie y unas ganas de hacer uso de mi habilidad con el arco desmesurada. Antes de pensar qué hacer ya estaba en camino del lugar de donde las voces provenían, como siempre, actuando antes de pensar. Por un momento me sentí de vuelta a mi vida en el bosque, estábamos de caza. Unos soldados no podrían contra mí siempre y cuando yo tuviera la ventaja de la distancia y la posición. Si ellos no sabían donde estaba, se debían considerar muertos.

Jungkook estaba en alguna parte del jardín, había escuchado su voz , ¿por qué debía ser tan grande el jardín y por qué había tanta vegetación en esta zona? Había arbustos enormes, plantas altas y árboles que hacían una enorme sombra y me impedían visualizar al príncipe; aunque también ser vista. Me subí a un árbol cualquiera, la falta de práctica se vio reflejada, y me senté en una gruesa rama, para ser más específicos estaría a unos dos metros y medio del suelo, no era muy alto pero lo suficiente para superar las plantas que impedían la visión. Busqué desde arriba a Jungkook encontrándolo arrodillado en el suelo frente a dos infiltrados a unos veinte metros, estos estaban apuntándolo con lo que parecía una escopeta de los soldados. Tragué en seco y saqué la flecha. La observé unos segundos antes de tensarla en la cuerda.

—Concentrate o matarás al príncipe...no puedes dar a Jungkook, Cirene...

Respiré hondo, sentí el silencio, la pequeña brisa calculé la distancia y el empuje del viento. Lancé la primera flecha acertando de lleno, el hombro derecho de uno, ahora tenía clavada una hermosa flecha hecha por mí. El otro miró alrededor buscando la dirección en la que salió esta mientras su compañero se lamentaba en el suelo arrodillado. Suspiré de alivio y armé otra, apunté al mismo sitio pero del compañero aún intacto. Sonreí aliviada al ver como Jungkook, junto a una sirvienta salieron corriendo hacia mi dirección. Crucé las piernas agarrándome a la rama y me dejé caer quedando colgada boca abajo. Jungkook se quedó mirando las flechas que se me acababan de caer y la sirvienta mi cara de sorpresa.

—No pensé en eso—dije aguantando la risa.

—Recoge eso—dijo a la sirvienta junto a un suspiro.

Su rostro se endureció y se cruzó de brazos. Podía ver cada vena marcarse; alguien no estaba contento de seguir vivo.

—¿Qué haces fuera?

Su mirada juzgadora y algo aterradora me hizo tragar en seco. Se me había olvidado el hecho de que debía estar en la habitación aburrida mirando al techo en vez de colgada de un árbol. Sonreí inocente.

—Te acabo de salvar la vida—dije estirando los brazos hacia delante—Un hecho irrefutable.

Tenía que bajar de allí lo antes posible para buscar a mi hermano. El problema era bajar, ¿en qué momento decidí darme la vuelta en vez de saltar? Jungkook rodó los ojos, me abrazó de la cintura aún estando al revés y de alguna manera me dio la vuelta cuando ya me solté de la rama. La sirvienta me entregó las flechas e hizo una reverencia antes de correr a palacio.

El Secreto mal Guardado De La Corona- JK  Where stories live. Discover now