Capítulo 23

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Vittorio

Espero unos minutos, a que Novak regrese, pero no oigo nada, y veo mucho menos. Y eso comienza a inquietarme. 

La parte sensata de mi me dice que regrese a la cama y continúe fumando, allí quietecito, esperando a que regrese la luz, o Novak. Pero, una pequeña voz me susurra que salga de la habitación, que no me quede aguardando. 

Es algo así como "Ve por las cosas, no esperes a que vengan a ti". 

No se bien porque mi cabeza formulo algo como eso, pero decido ser imprudente y salir. 

Los pasillos se encuentran totalmente a oscuras, por lo que me aferro a la pared y camino siguiendo el trayecto que marca. Me detengo cuando este es interrumpido, lo que significa que enfrente tengo las escaleras. Eso puede terminar de dos formas. Bajo y llego invicto al recibidor, o piso mal y me rompo el cuello. Y a la opción uno hay que sumarle el hecho de que es muy probable que me encuentre con él. Por lo que no me decido cuál de las dos posibilidades es peor. 

Oigo unas voces lejanas, provenir de abajo, que como si fueran una especie de llamador, me incitan que seguir avanzando. Me aferro a la baranda y comienzo a descender por los escalones, uno a uno. 

Llego hasta el final, o al menos eso creo cuando doy un paso al frente, pero en lugar de avanzar piso la nada, lo que me hace tambalear para adelante. Podría haberme caído de bruces y desnucarme, sino fuera que alguien me sostuvo firme de los brazos, evitando que me desplomara. 

Se que es él. No se como lo sé, pero lo sé. Lo siento en su presencia, en su aroma, o en como mi corazón se acelera. También puedo sentir sus ojos sobre mi. Y tengo el leve presentimiento de que nuestras miradas se cruzan, como si tuvieran una especie de conexión, o imán, que incluso en la oscuridad podría encontrar esos ojos tan peculiares, aquellos que me llevaron a esa noche querer tomar su fotografía, y que ahora me metió en este lío.

Pese a que recuperé la estabilidad, sigue sosteniéndome, con sus manos rodeando mis brazos. 

- ¿Crees que puedas soltarme? - pregunto, rompiendo el silencio y el ambiente que nos envolvió a ambos por unos minutos. 

- ¿Así es como me agradeces que te haya salvado? - me responde. - Pudiste haberte abierto la cabeza como si fuera una cáscara de huevo.

- ¿Y que espera mi rescatador? ¿Un beso en la mejilla? - pregunto con sarcasmo. - No es una película de Disney, no me voy a casar contigo al final. 

Lanza una carcajada. - Ya quisieras casarte conmigo. - dice con arrogancia. Puedo imaginarme su sonrisa altanera, y eso hace que me hierba la sangre.

- Créeme que no. - respondo brusco. 

Me suelta. - El seguro no te cubre a ti, así que intenta no tener un accidente, que mi hermano se encabronara conmigo si tiene que hacer más papeleo.

- No me encontraría en está situación si no te hubieras olvidado de pagar la factura de la luz. - comento con fastidio. - ¿Es que secuestrar universitarios te mantiene muy ocupado? 

- Si son unos bocazas y dolor de cabeza como tú, si. 

- Dime dónde está la dichosa llave y te olvidas que existo. Mira que rápido se soluciona.

Vuelve a reír, con una risa socarrona. - Buen intento, pero no es mi costumbre simplificarle el trabajo a los otros, mucho menos la vida. Verás, encuentro cierto placer con ver a las personas alteradas y saber que soy yo quien lo ocasiona. 

- Eres un maldito hijo de puta. - lanzo molesto, sin pensarlo. 

Ríe. - Si, ya lo he oído. No es nada nuevo. A ver si eres un poco más ingenioso, Vittorio Salvatore. - sigue diciendo, divertido. - ¿Dónde quedo todo ese repertorio novedoso cuando apenas te trajimos? 

Siento una punzada en el pecho al oír eso. Será que, ¿Él también comienza a notar las grietas de mi mascara? 

- ¿Acaso soy muy oscuro para ti? - pregunto en un tono de voz neutro y suave. - Porque la verdad es que soy un desastre, y es lo mejor que tengo para ofrecer. Así que si lo que buscas es un entretenimiento, déjame decirte que te equivocaste, y que deberías encontrar uno menos fallado. 

Por un segundo llegué a creer que se fue y me dejo allí solo, pero lo descarte cuando volví a sentir su voz, luego de un prolongado silencio. 

- ¿A ti también te hace compañía la oscuridad? - me pregunta en un susurro, con su boca pegada a mi oído, y voz ronca, junto con su aliento cálido, erizándome la piel

- Más de lo que crees. - respondo. - Me he acostumbrado y aprendido a vivir con ella. 

- Yo podría mantenerte a salvo. - menciona, lo que me sorprende, porque no lo dice en broma, o burlándose, sino que encuentro cierta verdad en sus palabras. - Todos me tienen miedo. 

- ¿Y quien me mantiene a salvo de ti? - logro que esas palabras salgan de mi boca con bastante entereza.

Se forma un silencio entre nosotros. - Si no le tienes miedo a la oscuridad, no veo porque debas tenérmelo a mi. - sigue diciendo. - Además... - hace una pausa. - Yo no te haría daño. 

Pues, yo no estoy tan seguro de eso. - pienso para mis adentros, pero no lo digo.

Percibo como se aparta abruptamente al oír unos pasos acercarse, acompañados de una luz blanca. Kai nos apunta con la linterna al quedar junto a nosotros.

Entrecierro mis ojos, bastante encandilado.

- Ahí están, justo venía por ustedes. - menciona.

- Baja eso o te la meto por el trasero. - amenaza el mayor, con voz firme y molesta.

En un segundo desapareció eso que me permitió "ver", o puede que tan solo haya estado jugando conmigo para probar so caía en ese truco.

- Vamos, estamos todos en la sala. - sigue Kai. - Kirian ya llamó para que vengan a reparar la electricidad.

- Bien. - dice él cortante.

Kai se da la vuelta y se marcha por donde llegó, dejándonos otra vez a oscuras.

- Y Vittorio... - logra sobresaltarme ya que creí que fue detrás de su hermano.

- ¿Qué?

Y luego de un largo silencio, cuando pensé que no diría nada más...

- Yo he visto la oscuridad. Creeme. Y tú... tú pesé a todo emanas luz. No dejes que esa parte oscura te gane. 

No llego a decir nada, mucho menos reaccionar, que oigo sus pasos firmes alejarse.

¿Qué diablos ha sido eso?

¿Cómo puede ser que una de las cosas más bonitas y honestas que me han dicho en toda mi vida, haya salido de su boca, de él?

Hijo de la Mafia (Mafia Marshall IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora