Capítulo 51

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Vittorio

A pasado ya un largo tiempo, cuando abren la puerta de la habitación dónde nos tienen encerrados.

Vemos parados a dos hombres, uno de ellos le apunta a Novak con su arma, mientras el otro entra y me agarra del brazo, obligándome a pararme. 

- Vitto. - me llama Novak, incorporándose y dando un paso al frente. 

- Da un paso más y te disparare a una de tus piernas. - sentencia el que le apunta con su arma. - Y se te pondrá negra de aquí a que llega tú hermano a rescatarte. - posa su mirada al que me sostiene a mi. - Llévaselo al jefe, que quiere jugar con su nueva mascota. 

Me aprieta el brazo con más fuerza y comienza a caminar llevándome a rastras. Giro mi cabeza y le hecho un ultimo vistazo a Novak, quien me observa con miedo y preocupación, lo que hace que se me haga un vacío en el pecho. 

"Habla." - gesticula con sus labios antes de perderlo de vista. 

El pelado musculoso me lleva hasta ese galpón en el que estuvimos cuando nos trajeron aquí. Me sienta en la silla que se encuentra en el centro.

- Gracias Travis. - oigo la voz de Nolan Leblanc acercarse, lo que enseguida me genera esa sensación de malestar e incomodidad. - Puedes irte.

Escucho sus pasos acercarse y su figura no tarda en quedar frente a mi. Me observa con atención por un tiempo prolongado.

- Sabes, no tendré un genio de la informatica como Novak Marshall, pero de igual modo he podido juntar un poco de información sobre ti. - comienza a decir. - Una verdadera tragedia lo que le sucedió a tú hermano menor. 

Se me estruja el corazón al oír eso. Pero no puedo darle la satisfacción de que vea cuanto me afecta.

- No te atrevas a hablar de mi hermano. - sentencio enojado.

- ¿Tú también eras de esos hermanos sobreprotectores como los Marshall? - pregunta. - ¿O eras más de los míos? De los que no les importa pasar por encima de nuestros hermanos para conseguir lo que queremos. - se inclina hacia adelante, quedando su cabeza a la altura de la mía. - El informe policial decía que tú lo encontraste. ¿Ya estaba muerto? ¿O llegaste a ver como ese pequeño hilo de vida que le quedaba se desvanecía? 

Me ha dado en ese punto que consigue quebrarme por completo.

Mis ojos se llenan de lagrimas. - ¡Hijo de puta! - hago ademán de pararme, pero el apoya una mano en mi pecho y me empuja contra la silla, cayendo de espalda y azotándome contra el piso. 

- Conque he dado en la tecla de tú punto débil. - lanza una risa divertida, y apoya su pie en mi estómago, haciendo presión, lo que me hace lanzar un alarido que intento reprimir.

- ¿Te hace gracia el sufrimiento ajeno? - digo, con mi voz quebrada. - Maldito sádico, hijo de puta. 

Me da una patada en el rostro, y se me escapa un quejido, pero el grito se atora en mi garganta.

No voy a permitir que me oiga gritar.

Me toma del brazo y me para con brusquedad. Vuelve a sentar en la silla.

- ¿Tú te piensas que Izan es diferente de mi? - empieza a decir, mientras me ata con fuerza, al punto que me cuesta respirar. Ríe con sarcasmo. - Y luego soy yo el que no lo conoce. - sigue. - Lo he visto hacer cosas muchísimo peores, y sin mostrar una sola gota de arrepentimiento. - hace una pausa. Menea la cabeza. - Pero siendo justo, no es algo solo de él, sino que es la clase de hombre que uno debe ser para que se le respete en nuestro mundo. Podria decirse que son las reglas del juego. 

Hijo de la Mafia (Mafia Marshall IV)Where stories live. Discover now