Capítulo 27

7.2K 791 44
                                    

Vittorio

- ¿Qué sucede? - le pregunto extrañado a Novak, descendiendo por las escaleras.

Está mañana me desperté temprano, y todo gracias al barullo que se oía por la casa, el cuál era imposible de ignorar, sin importar cuanto metiera mi cabeza entre las almohadas. Así que, resignado, me puse mi hoodie y me decidí a bajar para ver por qué tanto ruido.

Me lleve una sorpresa al ver el hall de entrada lleno de personas desconocidas entrando y saliendo, con diferentes cosas en sus manos. Parecía que estaban limpiando, acomodando, o reacomodando, no lo sé, pero bastante caótico.

Novak se encontraba en la punta de la escalera, supervisando todo, además de dando las indicaciones.

- Ah, hola Vittorito. - me saluda con una sonrisa. - Lo siento, ¿te ha despertado todo este movimiento?

- No, no te preocupes, soy de sueño ligero. - digo al quedar junto a él.

Me mira. - Este fin de semana viene nuestra familia, mía y la de Amir. Pasaremos unos días juntos antes de viajar para la boda, para tener un poco de paz e intimidad. - responde. - Así que estamos poniendo todo en orden, en especial luego del ataque de anoche.

- ¿Y los demás? - pregunto extrañado de no verlos dando vueltas por aquí.

- Ya sabes como son. Evitan estás cosas, así que se fueron hace unas horas. Supuestamente tenían cosas que hacer, pero se que es pura mierda. Seguro se fueron al club a seguir durmiendo.

- ¿Y Amir? - sigo preguntando, ya que también es raro no verlo junto a su prometido, ya que es el más entusiasta de los dos en cuanto a los preparativos de la boda se trata.

- Lo citaron hoy temprano para terminar de ajustarle el traje, yo tengo que ir luego, así que le dije que yo me encargaría de esto.

- Si que le estas poniendo esmero. Parece una mudanza.

- Me ha acusado de no involucrarme demasiado, por lo que tiene que estar todo perfecto cuando él llegué.

- No te interesa mucho esto de la boda, ¿verdad?

Menea la cabeza. - Por mi solo hubiéramos hecho algo intimo solo nosotros dos, con su hermano y Kirian como testigos. Pero bueno... - suspira. - Las cosas que uno hace por amor.

Sonrío. - Claro.

Me observa pensativo. - ¿Alguna vez te has enamorado? - hace una pausa. - Me refiero a en una forma más profunda, no tanto un crush.

- No. - respondo. - Creo que no.

- Es la mejor sensación del mundo. - sigue con una mirada dulce. - Te hace hacer cosas de las que no te creías capaz, o que simplemente no te imaginabas haciendo. - queda pensativo. - No creo que haya algo que no haría por Amir. Sino mírame...

Niego con la cabeza. - Que cursi eres. - comento divertido, riendo.

Pone los ojos en blanco. - Eso dices ahora. Quiero verte cuando caigas. - sentencia. - Porque la verdad es que todos caemos en algún momento, Vittorito.

- Oye, ¿Necesitas compañía? - pregunto, luego de un silencio. - Me refiero a cuando vayas por tú traje.

Me mira sorprendido. - Vaya... - dice asombrado. - Eres el primero que se ofrece, los demás solo me evitan cuando se trata de esos temas.

- Me apetece salir un rato. - miento.

La verdad razón es que quiero evitarlo a él. Al menos hasta que me olvide el episodio de anoche. Mi idea era quedarme encerrado en la habitación, alejando estar dormido, pero todo esto ha truncado mis planes. Así que supongo que necesito un plan b.

- Claro. - dice. - Me aburro haciendo las cosas solo.

- Bien, iré a cambiarme.

****

- ¿Crees que es buena idea que ande merodeando por la casa con tú familia allí? - pregunto rompiendo el silencio, mientras ambos vamos en el auto, Novak conduciendo y yo a su lado.

- ¿Qué? ¿Le tienes miedo a mi familia? - pregunta divertido.

- ¿Te refieres a estar en una habitación rodeado de mafiosos? - digo. - Nah...

Novak ríe a carcajadas, pero se detiene en seco y queda serio. Queda pensativo, sin decir nada por un momento.

- ¿Te puedo pedir un favor? - me pregunta. Noto que está algo tenso, tanto por su semblante, como el tono de su voz.

- Por supuesto. - respondo.

Hace una pausa. - ¿Podrías no mencionar como es que llegaste a nosotros? - me pide, con algo de suplica. - Ni que estás allí en contra de tú voluntad.

- ¿Por qué? - pregunto con curiosidad. - ¿Qué no has dicho que hacen cosas peores? No creo que a tú familia le importe un tonto como yo. - lanzo una risa.

- Te equivocas. - menciona serio. - Nuestro padre va a estar muy molesto si se entera.

- ¿Realmente crees que le importe? - sigo diciendo extrañado.

- Si. - responde. - Puede que de cualquier otra persona no le interese en lo más mínimo, él jamás se ha metido en nuestros asuntos del clan, en especial porque está alejado de todo eso, y porque respeta las decisiones que Izan tome como jefe, pero si le va a importar contigo.

- ¿Qué? ¿Por qué? No me conoce.

- Pero va a hacerlo, y le va a tomar 5 minutos darse cuenta de como eres, así como nos tomo a nosotros y...

- ¿Cómo soy? - le pregunto, aún sin salir de mi asombro por lo que está diciendo.

Me dedica una mirada rápida y regresa la vista al frente. - Si. Eres alguien especial, y una buena persona, además de ajeno a todo nuestro mundo. Y ya los conozco, se pondrán a discutir con Izan, y ambos son unos tercos, así que no van a parar en todo el fin de semana. Se que te estoy pidiendo mucho, pero ¿crees que poder eso por mi?

- Claro que si. Haré eso por ti.

Sonríe. - Gracias, amigo.

- Así que... según tú no debo preocuparme por estar rodeado de los mafiosos más temidos. - digo, cambiando de tema.

Ríe. - No debes preocuparte, en realidad somos más normales de lo que la gente supone. - comenta. - Además, si has podido con Izan, yo creo que podrás con los demás. - sigue diciendo. - A excepción de nuestra tía Arwen. Ella es tan encantadora, como escalofriante.

- Si que la nombran seguido, sobre todo tú hermano. Seguro es alguien asombrosa.

- Son muy unidos, para Izan es lo más sagrado. Hará lo que sea que ella le diga, sin dudar, ni rechistar.

- Vaya, que alguien tenga ese poder sobre el hijo de la mafia debe hablar mucho sobre ella.

- Tú también tienes cierto poder sobre Izan. - menciona en un susurro.

- ¿¡Qué!? ¡Claro que no! - exclamo serio.

Ríe. - Lo que digas.

- Ya dices tonterías. - menciono con fastidio.

Se forma un silencio, tan solo se oye la leve música proveniente de la radio que está encendida. Mientras él sigue conduciendo, yo apoyo mi cabeza en el vidrio, observando hacia afuera. El sol me da en la cara, por lo que me permito cerrar los ojos y sentir el calor reconfortante. Iba tan mi mente en blanco, que me lleve una sorpresa al volver a oír su voz, sobre todo para decir algo como eso.

- No le digas que te dije... - comienza a decir. - Pero tú lo haces sonreír mucho...

Silencio.

Hijo de la Mafia (Mafia Marshall IV)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant