Capítulo 33

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No he dormido nada en toda la noche

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No he dormido nada en toda la noche.

Me siento cansada pero por alguna razón mi cuerpo no puede relajarse lo suficiente para poder dormir. Me arden los ojos y la garganta por el llanto, quise intentar dejar ir todo lagrima tras lagrima, desee que ellas arrastraran consigo las emociones que me ahogan, pero no fue así, no pudo ser... Después de cada pedazo afilado de mi que corta mi alma venía otro igual, eran un sin fin de agujas, demasiado gruesas para dejarse arrastrar por algo tan pequeño como una lagrima.

Jazz y Alice no se han movido de mi lado, acariciandome y escuchando mi autodesgracia sin emitir ningún sonido. Ha sido agradable por esa parte, aunque en el fondo siento vergüenza, me han estado consolado con su mera presencia y me han acunado como si fuera un bebé. ellos han estado aquí cuando los he necesitado y no se irán a menos que se lo pida.

mi móvil sonó varias veces, mensajes y llamadas por doquier.

Sin mirarlo puedo intuir que son pésame de familiares con los que solo me he llevado en cenas familiares y se que también muchos mensajes y llamadas serán de Neisha.

No puedo ni mirarla a la cara.

Ella me ofreció ir allí, podríamos haber vigilado a mama y...

"No fue tu culpa"

-¿Que le paso? - mi voz sale roca, rota, apenas la reconozco-

Lo primero que sale de mis labios desde que dejé de autoculparme en voz alta por petición de mis parejas.

-Karina... -la voz suave de Alice intenta advertir me de nuevo -

Me aferro más a ella.

-Quiero saber por favor... - y otra vez las lagrimas quemas mis ojos- Se que lo sabéis...

Se quedan ambos en silencio sin decir una palabra, y creo que ya no hablarán.

-Nómadas... Vampiros nómadas están en Forks, ellos son los causantes de esas muertes por parte de un "animal"-me confiesa Jasper apretandome más a él, temiendo mi reacción-

Y aquel recuerdo vuelve a mi mente.

Flashback.

El frío de Forks rebota en casi su totalidad en mi abrigo, y el restante logra penetrar entre mi ropa estremeciendo mi cuerpo, los tonos oscuros y lúgubres adornan las calles, la niebla danza entre los árboles adentrándose poco a poco en el pueblo dándole a este una imagen de película de misterio noventera.

La mañana es tranquila, no hay apenas nadie en las calles, a lo lejos puedo vislumbrar a unas cuantas personas, pero nada más.

Voy con tiempo de sobra por lo tanto mi andar es bastante tranquilo, cuento los pasos a medida que avanzo, y en mi cabeza sigo el ritmo de la canción que suena en mis auriculares.

Nos hiciste esperar mucho tiempo... Where stories live. Discover now