Nos hiciste esperar mucho tiempo...

Especial *Neisha*

Nunca tuve la familia perfecta, eso ya lo sabía.

Pero jamás me imaginé que tuviese que abandonar mi casa, mi rutina...solo para encontrar un lugar en el que pueda lidiar mejor con el dolor del abandono de papá.

El olor del taxi apesta a menta, y todo por culpa de que al taxista le encante sentirse dentro de un bote de pasta de dientes.

Odio el hecho de que hayamos tenido que vender nuestro coche para poder abarcar todos los gastos.

Saco de mi mochila un libro en lo que tardamos en llegar al aeropuerto.

El psicoanalista de John Katzenbach.

Este libro me fascina, es el punto justo de misterio, thriller y psicología.

La mente humana siempre me ha parecido curiosa, hay gente muy básica y otra con un mundo en su interior.

Hay un punto excitante en lo desconocido e impredecible, en esa adrenalina mezclada con el miedo.

Pero el pueblo al que nos dirigimos no tiene nada de excitante, parece de lo más previsible, todo será gris, pueblo pequeño es equivalente a se todo sobre todos y el rarito no encaja y por alguna razón también intuyo que voy a encontrarme con cada intento de ser humano...

Lo único que me consuela es poder estar con Karina, mi hermana nacida de otra madre.

Nunca lo diré en voz alta, pero si que quiero que se preocupe por mi, que me abrace nada más me vea, que intente sostenerme porque sabe que podría caer.

Me gusta que me conozca, porque eso me hace sentir menos sola, solo necesito que ella no me deje sola, el resto me dan igual.

-¿No te has dejado nada? -me pregunta mamá mientras acaricia mi mano- ¿Quizá esta decisión ha sido muy precipitada? ¿Quieres que demos la vuelta? ¿Aún podemos no coger al vuel-

Le muestro una sonrisa falsa a la par que aprieto su mano para que deje de hablar y me preste atención.

-No te preocupes mamá, estaremos bien, necesitamos esto ¿No? -intento calmarla-

Ella me sonríe más confiada y aliviada, aunque puedo notar aún la herida de la traición reciente tras su mirada.

-Gracias cariño, se que no ha sido fácil para ti -empieza a trabarse y veo que quiere llorar-

-En verdad que no es necesario hablar de esto mamá, en serio, estoy genial -le doy mi mejor sonrisa-

Ella no se lo cree pero no insiste.

Karina porfavor... Necesito que lo primero que hagas cuando me veas es abrazarme.

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-Ponte este -le tiendo mi vestido rojo- te quedará de fábula -le aseguro-

Ella sonríe y va corriendo al baño a cambiarse.

Mientras la espero recorro la habitación con la mirada. No es distinta a la que tenía en España.

Algo más grande, pero no mucho más, aunque estoy segura de que le gustaría tener un ventanal más grande, donde se pudiera ver un atardecer, pero creo que en este pueblo no va a poder ser.

Con confianza tomo su cámara y empiezo a cotillear sus fotos.

Paisajes, y personas, estoy segura que la mayoría de gente de aquí no sabe que estaba siendo fotografiada.

Este último pensamiento me hace sonreír.

El día que pille ha alguien de malhumor y ella vaya con la camarita tendrá un problema, obviamente yo estaré preparada para defender a mi estrella.