Especial Neisha

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Tú sabes que te va alcanzar y que a veces, lo mereces.

Y nunca es para tanto, lo harías otros veinte años más.

Ya se ha dormido la ciudad y quedamos, los de siempre.

Sólo un sobresalto.

Me recuerda que soy de verdad.

Me salgo de mi propio cuerpo

Habló de una forma extraña

Odio al tipo del espejo, unos siete días por semana

Casi ya no veo el cuerpo

Solo hay una cosa clara, fuimos demasiado lejos y ninguno se cubrió la espalda.

-¿Que escuchas? -La voz de Leah se cuela de entre mis auriculares-

Giro levemente mi cabeza para mirarla con más claridad a la par que quito mis auriculares.

Ella es hermosa.

Su pelo corto y oscuro, sus facciones gruesas y marcadas qué le dan un aire fiero, su anatomía morena y tersa...

Ojalá pudiera amarla como es debido.

Pero ellos siempre estarán en mi corazón.

Se que no puedo luchar contra eso.

-Una música que tu oído estadounidense no podrá apreciar -le respondo con sorna- Como si fueras a morir mañana, de Leiva.

Ella ríe, comprendiendo que hablo de música española.

Quito mis auriculares a la par que ella se sienta a mi lado.

Por un momento dejo que el silencio nos envuelva mientras cierro los ojos.

Mi ansiedad me carcome por dentro.

No puedo parar de pensar en mañana.

Mi mejor amiga, mi persona, mi alma gemela por sobre todas las cosas...Va a enfrentarse a un ejército de desalmados neófitos.

Todo está helado, mi cuerpo entero se enfría a cada minuto. No precisamente por el frío de Forks, o porque este en lo alto de una montaña prácticamente.

Cierro los ojos, sintiendo el molesto escozor en mis ojos, indicios de unas lágrimas no deseadas.

No lloraré frente a nadie que no sea Karina si puedo evitarlo.

-Todo estará bien -acaricia mi mejilla-

No soy capaz de responderle, puesto que el pensamiento de que Emmett y Rosalíe salgan lastimados se cuela en mi subconsciente martirizandome aún más.

Mi rubia y mi oso...

Los echo de menos.

No puedo mentir más, ni ocultarlo.

He tratado de olvidarlos, de solo sentir odio, o indiferencia pero....

Es imposible, lo único que odio es no poder odiarles.

Puedo vivir sin ellos, pero no quiero.

La pura verdad es que simplemente no quiero porque se que...Mi vida será más feliz con ellos en ella.

Ni quiera he podido despedirme y si ahora mueren yo...Me perseguirá este fantasma por el resto de mi vida. Esa espina de lo que puedo haber sido.

Los labios cálidos de Leah rozan la comisura de mis labios, alertandome.

Me alejo, abriendo los párpados.

-Ya hemos hablado sobre esto -le digo friamente-

No me gusta hablarle así, pero esto no puede seguir como hasta ahora.

Nos hiciste esperar mucho tiempo... Where stories live. Discover now