- La chica nueva.
Roma O'conner vino a revolucionar el equipo de dominic toretto, y a demostrarle que ella no sigue las reglas de nadie.
Primera parte: terminada.
Segunda parte: en proceso.
Portada by me.
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NARRADOR|
Realmente intento imaginarlo o solo pensarlo, pero era algo imposible. Su mente simplemente no podía visualizar a jacob con las manos manchadas de sangre, no podía verlo o solo no quería aceptarlo, en ese momento no lo sabía.
Lo miro; jacob se encontraba en la cocina, preparando la cena. No habían hablado mucho desde la visita de los chicos.
—Puedes irte.—Rompió el silencio.
—¿Qué?
Se miraron; ella estaba sentada en la barra de desayuno, él detrás de la isla concentrado en cortar algunos vegetales. Sus respiraciones se cortaron en esa mirada, ninguno estaba seguro de que iba a pasar con ellos.
—No quiero que te quedes aquí pensando que vives con el enemigo o que sientas que al estar conmigo estas en peligro, no quiero que eso pase con nosotros.—Confeso corriendo su mirada de los ojos azules de la joven que había amado desde que era un adolescente.
—Puedes decirme la verdad, jacob. Solo quiero que puedas ser sincero conmigo, porque mi familia no tiene una razón para decirme algo así de fuerte sin una razón.—Lo miro con la respiración irregular, no estaba segura si había hecho lo correcto.
—Roma, has visto cada uno de mis cambios como persona. Mi padre fue marin, mis hermanos estan en los escuadrónes anti-bombas, mi sueño siempre fue ser parte del ejercito, ¿Me crees capaz de hacerle daño a lo único que mi familia conoce? Esos chicos que murieron, eran mis hermanos de otras madres.—Contesto con un nudo en la garganta, no estaba listo para dejar ir a su pelotón.—Les he cuidado la espalda desde mis dieciocho, no podría venderlos de esa forma.—La miro.
—Lo lamento, pero, ¿Y todo lo que me dijo brian? Nada cuadra, alguien me esta mintiendo y me da tanto miedo averiguar quién es.—Musitó con la voz rota.
Él se acerco, apoyando sus manos en el rostro de la joven. La miro fijamente con una pequeña sonrisa triste, él tampoco entendía del todo la situación.
—Me encantaría saber porque tu hermano dice lo que dice, pero no lo se y en este punto no me importa. Roma, con todo el dolor del mundo me gustaría que te vayas con ellos y no vuelvas.—Murmuro mientras quitaba las lágrimas de las mejillas de la rubia, intentando contener su propias lágrimas.
—¿Por qué?
—Porque no sabes cuanto duele ver la desconfianza en tu mirada... No me gusta saber que me tienes miedo, no se siente bien en lo absoluto y se que no hay una vuelta atrás para nosotros como pareja.—Contesto alejándose de ella.
En ese momento, como si el universo supiera sobre ellos, comenzó a llover fuertemente.
—Lo lamento tanto.
—No te disculpes, O'conner. Fuiste mi etapa favorita y siempre voy a estar agradecido contigo, pero ahora tienes una familia que debe estar esperando por ti.
—Si en algún momento me extrañas, buscame en los libros que hemos leído juntos.—Murmuro con una pequeña sonreía mientras se acercaba a la puerta de salida.—Y yo te buscare en los atardeceres de los que tanto me hablabas.
