8. Cita y tormenta

1.5K 133 23
                                    


Velkan

Sonrío de oreja a oreja  disimuladamente mientras observo como la rubia está cada vez más incómoda y sigue sonrojada por lo sucedió en mi auto.

Es muy expresiva, casi transparente.

No planeaba traerla aquí, pero cuando vi que la pandilla de vagos de Robert la estaban molestando, me apiade de su alma pura y la salve de esos idiotas.

La nicotina me relaja, mas no me saca los pensamientos que invaden mi mente.

Me levanto y dejo a Viorica sola en el sofá. Yendome a la cocina bajo la atenta mirada de la mojigata. La rumana me sigue.

-¿Qué te sucede?-pregunta acercándose a mi por detrás.

-Estoy harto, no quiero estar aquí.

Asiente y baja sus manos por mi abdomen hasta agarrar mi paquete.

Trata de distraerme

-Deja que te distraiga como sé, mi rey...

Me eleva el ego y lo sabe, es la pura verdad.

Viorica es una mujer exótica y su belleza puede ser un arma de doble filo para quien decida joderla, suerte que conmigo eso no funciona. Esta buena, lo sé, solo no me trae hechizado como a todos, nos conocemos de casi toda la vida y estan cabrona como yo.  Somos compañeros de cama, cogemos cuando queremos y sin compromisos.

Me gusta, es una relación fácil.

Me doy vuelta  jalándola por el cabello largo que tiene y le empotro con rudeza en la encimera de la cocina, besándola con ganas y me recibe gustosa. Cierro los ojos y frunzo el ceño en medio del beso cuando el recuerdo de la inocentona rubia aparece en mi mente jadeando y sonrojada en mi auto gracias a mis caricias.

Cualquiera pensaría que se asustó o me gritó que era un desubicado cuando apenas toque su pierna, considerando su actitud remilgada de niña buena, esta claro que eso no fue así. Ella se quedo mirándome entre sorprendida y excitada. Sé que mi presencia la pone nerviosa, sin embargo, no se echa hacia atrás, reacciona y me enfrenta como una fiera.

Me río internamente y decido apartar a la chica frente a mi.

-Luego.

Asiente y la separo de mi. No estoy tan concentrado como debería. Seguro es la mezcla del cigarro con el alcohol.

-Regele meu...-dice antes de que me vaya.

La miro sobre mi hombro, tiene la expresión que usa cuando va a decirme algo que no me va a gustar, decidida y firme.

-Recuerda por qué estás aquí y cumple con los deseos de tu padre.

Respiro hondo evocando paciencia.

-Lo sé, no sigas repitiéndomelo.

Asiente satisfecha y me voy antes de descargar mi furia con la persona equivocada. Mi celular vibra en mi bolsillo y lo saco a sabiendas de lo que se me viene.

"Como no actives el rastreador, voy yo mismo a la jodida América a cortarte las bolas, Velkan Vasile."

Ruedo los ojos y bufó.

"También te quiero, padre." Respondo con obvio sarcasmo.

Respondo y activo el rastreador en mi celular, el cual le permite saber en dónde diablos estoy a cada momento, no vaya hacer que me escape del continente de mierda al que me envió.

Samirah

Los chicos ya están bastantes alcoholizados y en condiciones dudosas.

Mark nos ofrece quedarnos aquí, ya que ninguno está en condiciones de manejar. Maldigo haber terminado en esta mansión de lujo otra vez, no quiero quedarme mucho tiempo más. Me caen bien solo tres personas de aquí y Samuel se está ganando mi molestia de a poco con esos chistes raros que tira de vez en cuando y su ego tan inflado.

INOCENTE TENTACION [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora