INOCENTE TENTACION [01]

26.Infierno, Purgatorio y Paraiso

Samirah

A lo largo de mi corta vida sufrí demasiadas decepciones. No obstante, en un punto me terminé acostumbrando a ello, por eso no explico la forma en la que lloro en estos momentos, como si el mundo se me viniera abajo.

Velkan volvió a hacerlo, volvió a sacarse las ganas, a usarme como su juguete sexual saciando sus ganas y apenas tuvo la oportunidad se fue dejándome desnuda y sola como si solo fuera una de las tantas. Estoy segura que si los chicos no hubiesen venido y me hubieran despertado con sus parloteos en el pasillo, se habría ido sin despedirse de mí.

No tengo una explicación lógica al sentimiento de profunda tristeza y soledad que dejó su partida. Me siento usada y humillada, cuando se que dentro mío comienza a crecer un gusto culposo por ese hombre. Anoche creí que por primera vez me trataria un poco mejor, el que se haya quedado a dormir me había ilusionado.

Pensaba despertarme y que podamos hablar sobre esto, quería decirle sin miedo y por primera vez me dejaría llevar, haría lo que quería y le diría que deseaba conocerlo mejor. Pactar condiciones en la extraña relación que estábamos desarrollando. Tal vez.. quien sabe, en algún futuro terminabamos siendo algo más.

Que ingenua e ilusa soy.

No lo conozco a profundidad, pero puedo notar que jamás tuvo una relación seria con ninguna mujer. Siempre está rodeado de hermosas mujeres que trata como si fuesen parte de su harem, maldito mujeriego.

Me maldigo internamente cuando recuerdo las palabras de mi nuevo psiquiatra amigo Andrew; "las personas que crecieron con falta de amor suelen ser las que se aferran a la más mínima caricia o muestra de afecto que les den"

Y enloquezco porque soy consciente que a pesar de conocerlo hace apenas meses, a pesar de ser un maldito arrogante cara de culo y que me saca de mis casillas con esa actitud suya, por algún motivo llevo su aroma en mi piel, el sabor de sus salvajes besos en mis labios, las sonrisas burlonas y divertidas en mi mente, grabadas a fuego.

Su presencia, nuestras discusiones e intercambios me hacen sentir viva, despiertan esa parte de mi que no tuve oportunidad de expresar antes. Una Samirah más libre, relajada, sin tanta culpa cuando tiene pensamientos pecaminosos. Una mujer libre que comienza a descubrir su sexualidad con la persona que ella elija sin prejuicios por parte de nadie.

Me levanto de la cama envuelta en la savana, todavía desnuda y con las marcas de sus manos en mi piel, decido darme una ducha que saque el recordatorio de anoche. Enjabono mi cuerpo con fuerza mientras unas pocas lágrimas siguen cayendo confundiéndose con el agua.

Al parecer vine a este mundo para que todos me humillen y utilicen a su propio beneficio.

Ya no más-repito mi nuevo mantra hasta que salgo de la ducha y vuelvo al cuarto.

Viorica está con su precioso pelo blanco, largo hasta la cintura esperando en mi cama con lo que le pedí; la pastilla del día después. Desde que lo hicimos por primera vez jamas usamos proteccion y lo maldigo por eso aunque tambien se que es culpa mia, anteriormente tuve que ir a escondidas a comprar la pastilla a la farmacia por vergüenza.

-Aquí tienes-me tiende la bolsa y me apresuro a tomarla rápidamente.

-Gracias por tanto.

Se levanta mirándome con una expresión de firmeza que ya conozco en ella. Viorica es una chica fuerte y decidida en todos los sentidos, a ella no le da miedo decir lo que piensa cuando quiere y sin miedo. A veces desearía tener la fuerza de ella, la locura de Kathe, la valentía con la que defiende a los suyos Liza y la buena onda y buen gusto en cuanto a moda de Sasha.